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Juan Luis Escobar con las tres niñas ucranianas. r.c.
En coche hasta la frontera de Ucrania para acoger a tres hermanas

En coche hasta la frontera de Ucrania para acoger a tres hermanas

Dos familias de Ciudad Real acogerán a las niñas hasta que acabe la guerra

j.m.l.

Ciudad Real

Miércoles, 2 de marzo 2022, 13:56

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Tal vez lo único bueno que tengan las guerras sea la solidaridad empática que sale del interior de algunas personas. Es el caso de Juan Luis Escobar y María Jesús Márquez, un matrimonio de Ciudad Real que el pasado 25 de febrero no se lo pensó dos veces y cogió su coche -un Citröen- para desplazarse hasta la frontera de Ucrania con Eslovaquia con el fin de recoger a tres hermanas ucranianas que en anteriores veranos pasaban sus vacaciones en la ciudad manchega gracias a la asociación «CREAN» hasta que estos viajes estivales se interrumpieron por la pandemia.

Juan Luis y María Jesús trabajan como ordenanzas en el Ayuntamiento de Ciudad Real, que no les ha puesto ningún obstáculo para poder hacer este viaje en varios días. Las tres hermanas, Liubava, Yesenia y Varya, de 14, 12 y 11 años, ya están con esta pareja. «Ha merecido la pena», explica Juan Luis, una vez cumplido su objetivo. Ahora toca regresar a Ciudad Real, algo que esperan hacer este propio sábado. «Las niñas están relajadas, han descansado y no se sienten solas», relata Juan Luis, que también agradece el apoyo recibido durante su viaje «y la solidaridad que hemos visto».

Las niñas saben lo que pasa

Liubava, Yesenia y Varya dejan atrás su país y a sus padres con quienes Juan Luis y María Jesús mantienen contacto habitual desde que en el verano de 2017 acogieron a Yesenia, contacto que ahora será diario. «La madre se ha quedado muy triste pero entiende que es lo mejor para ella. También está preocupada porque su hijo mayor podría ser reclutado», cuenta Juan Luis, que también reconoce que las niñas «son conscientes de todo lo que está pasando en Ucrania porque ven imágenes».

«Lo peor en estos casos es la incertidumbre ante el futuro porque nadie sabe cómo quedará Ucrania en la posguerra o qué ocurrirá con su casa o el trabajo», lamenta Juan Luis, agradecido también a su hija Andrea, de 25 años, que es quien se ha encargado de los trámites burocráticos para poder traer a las niñas a Ciudad Real. Se espera que lleguen el sábado. Lo primero que notarán será el cambio térmico: pasarán de los 7 grados bajo cero que han tenido que soportar en la frontera ucraniana a los 11 que se esperan en la capital manchega. Yesenia y Varya se quedarán con Juan Luis y María Jesús y la mayor, Liubava, vivirá con una familia de Miguelturra, localidad distante sólo 11 kilómetros de Ciudad Real capital.

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