Bolsonaro, hospitalizado por lesiones derivadas del ataque en la campaña de 2018

El presidente contó a través de su cuenta de Twitter que comenzó a sentirse indispuesto el domingo, por lo que fue trasladado de urgencia desde la región de Santa Catarina, donde disfrutaba de unas cuestionadas vacaciones tras las críticas recibidas por la oposición y parte de la opinión pública debido a no haberlas interrumpido a pesar de las graves inundaciones que han sumido en una crisis al Estado de Bahía, y que han dejado una treintena de fallecidos y cientos de miles de afectados.

Hacia las 3.00 –hora local– llegó al hospital, donde se le ha colocado una sonda nasogástrica y se someterá a más exámenes antes de decidir si precisa de una nueva cirugía por una obstrucción interna en la región abdominal, una intervención por la que ya permaneció cinco días ingresado el pasado julio.

En Twitter, Bolsonaro publicó una fotografía postrado en una cama, con semblante de resignación, haciendo la señal de OK con la mano derecha y con una sonda a través de la nariz. «Me harán más exámenes para una posible cirugía por obstrucción interna en la región abdominal», escribió el ultraderechista, quien recordó que estos problemas derivan del atentado que sufrió el 6 de septiembre de 2018 al ser acuchillado en el abdomen mientras un grupo de partidarios le llevaban a hombros durante la campaña electoral para los comicios de octubre de ese año. El agresor fue detenido inmediatamente después del ataque, pero fue declarado inimputable ya que el juez consideró que no estaba en capacidad de responder por sus actos debido a sus problemas mentales. El apuñalamiento obligó hasta acuatro cirugías.

Por el momento la entrada en el nuevo año no ha traído mucha suerte a Bolsonaro. Durante sus vacaciones confesó no tener que volver al trabajo debido a la situación que se estaba viviendo en Bahía, el caso positivo de un miembro de su comitiva y un pequeño accidente en moto acuática del que salió ileso. Además, su continuidad en el poder tras cumplir tres años de mandato es amenazada por el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que se perfila como favorito para las elecciones de octubre.

Aunque el presidente brasileño tiene intención de mantenerse en el Gobierno, las encuestas de opinión reflejan todo lo contrario a lo que desea. Los últimos sondeos muestran que el ultraderechista contaría con entre un 20 y un 25% de votos frente al casi 50% que le llegan a atribuir al progresista Lula, su mayor antagonista. Una caída que, según analistas, viene dada por su firme negacionismo hacia la pandemia, que ya deja casi 620.000 fallecidos en el país.