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Solo unos minutos después, Pedro Martínez iba incluso más allá que su pupilo: «No hemos estado a la altura, nos han dado un baño y como máximo responsable pido perdón. Salieron a flote todas nuestras carencias, todas a la vez quedaron al descubierto», afirmaba.
Las palabras tanto de Beirán como de Martínez resumen una jornada tan amarga como dolorosa. Los pitidos finales de la grada fueron el reflejo de un aficionado que había asistido al encuentro para ver a su equipo, como de costumbre, pelear por ganar, pero que terminó llevándose la desilusión, para algunos, de su vida con su Gran Canaria.
Fin de año por lo tanto con deberes muy marcados: olvidar y reflexionar. Sin remedio para solucionar una paliza con tintes históricas, toca analizar todo lo que le espera al Gran Canaria de aquí a final de temporada.
Toca recuperarse lo antes posible del duro golpe y encarar la próxima cita dejando atrás la peor imagen de la temporada, y de hace mucho tiempo, en el Centro Insular de Deportes. «Lo único bueno es que tenemos otro partido el martes», aseveraba Beirán en un ejercicio de autoconfianza y resignación.
Y ese partido será en Zaragoza, ante un CAI metido en puestos de Playoff y, por ende, de Copa del Rey (es séptimo, con una victoria más que los amarillos). Un viaje hacia la redención el que le espera al Gran Canaria en tierras mañas.
Vuelta al trabajo. Sin tiempo casi para analizar la paliza donostiarra, los amarillos comenzaron ayer mismo a preparar su cita en tierras mañas y hoy mismo, último día del año, volverán al trabajo en una sola sesión por la mañana.
Aunque todo lo negativo se ha multiplicado con la abultada derrota del pasado jueves, lo cierto es que el Gran Canaria, aunque remotas, sigue metido de lleno en la lucha por un puesto en la Copa del Rey de Barcelona.
A falta de cuatro partidos para el corte, los amarillos solo tienen una derrota menos que sus próximos dos rivales, justamente los que cierran los puestos coperos: CAI Zaragoza (séptimo) y Valencia (octavo).
Dos finales y otros tantos objetivos. Seguir vivo por lograr un hueco en la cita de Barcelona y reivindicar el respeto ganado a pulso en la Liga Endesa, serán los alicientes a cumplir en 2012 para un Gran Canaria aún con mucho por decir y trabajar en lo que le resta de temporada.
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