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Canarias7
Jueves, 1 de enero 1970
El vicepresidente de la asociación ciudadana Recuperar La Cícer, Antonio Alvarado, instará la ejecución de la sentencia que ilegaliza la estación eléctrica de La Cícer «desde el minuto uno, esta situación insalubre, molesta y peligrosa, debe acabar cuanto antes». También el PSOE se suma a la petición de traslado inmediato de las instalaciones eléctricas.
La portavoz municipal del PSOE, Isabel Mena, apremió este jueves al gobierno local del PP para que se negocie «cuanto antes» el traslado de la subestación eléctrica de La Cícer fuera del entorno de la playa de Las Canteras. «Tras confirmar el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que esa industria no puede ser legalizable, dando la razón a los vecinos y al Ayuntamiento, creemos que ha llegado la hora de que el gobierno municipal le marque los tiempos a Endesa y no al contrario, como ha sucedido hasta ahora. Ya es hora de que el Ayuntamiento ponga plazo a la salida de la subestación de una zona neurálgica como La Cícer», aseguró Mena.
La edil se suma así a las peticiones de los vecinos que han ganado la batalla a la compañía eléctrica tras más de dos décadas de oposición. El vicepresidente de la asociación ciudadana Recuperar La Cícer, Antonio Alvarado, explicó ayer que «no pararemos hasta que la subestación cierre y se traslade fuera de La Cícer».
Por su parte, la portavoz socialista demanda al alcalde que tome la iniciativa para lograr el traslado de la subestación en el plazo más breve posible, sin afectar al suministro de electricidad y «sin que le cueste un euro al Ayuntamiento ya que la Justicia ha dejado claro que toda la responsabilidad es de la eléctrica».
En este sentido se manifestó también el representante vecinal, quien aseguró que «ahora que ni los vecinos, ni el Ayuntamiento ni el TSJC, le permiten que siga distribuyendo electricidad al margen de la ley, sin control ni garantías, debe invertir parte de sus beneficios en trasladar sus instalaciones a donde prevé el Plan General».
«Se trata de una actividad clasificada como mínimo de molesta y peligrosa, porque genera ruidos, vibraciones, olores, incendios y explosiones (la última el 17 de junio de 2013), y no puede permitirse que se desarrolle en cualquier sitio y sin ningún control, imponiendo a los vecinos que asuman unas molestias y un riesgo que no tienen por qué soportar», añadió Alvarado.
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