Una vida dedicada al viento y al mar
Ibón S. Rosales
Lunes, 28 de septiembre 2015, 11:26
Daida Ruano es de las pocas deportistas de agua que pueden vivir de su pasión, en su caso del windsurf. Ha sido campeona del mundo nada menos que 18 veces. Junto a su hermana Iballa Ruano suman un total de 24 copas del mundo en varias disciplinas, aunque actualmente solo compiten en la modalidad de olas.
Justo cuando un vecino de Pozo Izquierdo iba a tirar una tabla de windsurf a la basura pasaron las hermanas Ruano con sus buguis bajo el brazo. La tabla no acabó en el vertedero municipal sino que pasó a ser el juego «por turnos» de ellas y sus amigos. «Compartíamos la tabla con una vela y un aparejo entre cinco. Nos íbamos cronometrando el tiempo y turnándonos la tabla cada media hora», relata Ruano.
Comenzaron delante del muelle de Pozo Izquierdo, ya que les hacia soco para poder aprender y «cuando nos alejábamos del muelle, el viento nos llevaba y aparecíamos tres kilómetros fuera», explica. Y es que el windsurf no es sencillo y ellas lo aprendieron al estilo «aventurero», no como ahora que hay escuelas e instructores para facilitar el proceso de aprendizaje y garantizar la seguridad.
«Hice mi primera Copa del Mundo y fue entonces cuando la gente comenzó a hablar de nosotras, y cuando conseguimos algunos patrocinadores», rememora la windsurfista. Sus padres le compraron su primer set de velas «después de hacer la selectividad», aclara, y fueron un gran apoyo porque siempre les habían instado a «estudiar» hasta que decidieron dedicarse profesionalmente al windsurf.
En este deporte existen tres disciplinas; el slalon, el freestyle y la modalidad de olas. Aunque han probado las tres, estos últimos 7 años las hermanas Ruano se han decantado por la disciplina de olas, que es la que se practica en Pozo Izquierdo. «Las mujeres tienen el handicap en la fuerza física, que es importante para realizar más o menos maniobras o alcanzar altura en los saltos», relata. Personalmente, la deportista no recomienda el «windsurf que yo practico», refiriéndose a su forma hardcore de navegar, resultado de un nivel adquirido por la experiencia y la competición. Aclara que «eso llega si tiene que llegar. Cada uno disfruta a su nivel», comenta sobre el tema.
«El windsurf es un deporte donde te tienes que dejar llevar por tus emociones, el viento y el mar», comenta Daida. La celebración del mundial en Pozo Izquierdo potencia la imagen de Gran Canaria y esa repercusión «es súper importante» para el turismo, por eso «las instituciones saben que está más que justificado el poco dinero que ponen».