Una matrícula sin premio
Marta Ramos
Lunes, 8 de junio 2015, 10:57
Tiene una media de 9.4 en Bachiller. Su instituto le reconoce la matrícula de honor, pero Nico Umpiérrez no recibirá la distinción al quedarse fuera del cupo permitido para cada centro. Por ello, el alumno canario denuncia el «injusto» reparto de las distinciones honoríficas en los institutos.
Mediante una publicación de Facebook, el joven estudiante compartía con sus amigos «una de tantas injusticias del sistema educativo». Con un 9.4 de media en Bachillerato, Umpiérrez esperaba que se le concediera la matrícula de honor, y así «no tener que pagar la matrícula del primer curso de Medicina, que cuesta un ojo de la cara», casi 1.200 euros. Pero, según relata el estudiante, pese a que el equipo directivo le otorgó y certificó la distinción por sus altas calificaciones, después se lo denegó. «¿La razón? Se ha superado el cupo, es decir, que hay demasiada gente en el instituto con más de un 9 y sólo se pueden dar 13 matrículas de honor», explica el joven en el post.
Pero, ese no es el motivo de denuncia. «He sido peor que aquellos que en mi instituto rellenan el cupo, el 5% de los estudiantes con mejores calificaciones», relata Umpiérrez a CANARIAS7. «El problema es que en otros institutos, donde no se llena dicha cuota, hay estudiantes con menos nota a los que sí se les otorga la distinción», critica.
La matrícula de honor en 2º de Bachillerato no sólo distingue el esfuerzo de los alumnos, sino que exime el pago de las tasas de la matrícula en el primer año de universidad. En este sentido, el joven subraya que la mención honorífica es lo menos importante para él. «Me he dejado la piel estudiando para entrar en Medicina, pero, también para optar a la gratuidad de la matrícula, ya que mis padres no se pueden permitir pagarla», dice.
Umpiérrez, que asegura conocer a más gente perjudicada, cree que «debería revisarse el sistema de reparto», pues considera «injusto que alumnos con menos nota lo disfruten y los que tenemos más, no». «Si este sistema es el más justo, yo me quedo sin matrícula. Me pondré a trabajar en verano para pagarla, o pediré la beca del Ministerio de Educación, aunque a lo mejor me la deniegan a mitad del curso que viene y tengo que dejar la carrera», zanja el joven.