Una delantera con balas de fogueo
Los encargados del gol no están cumpliendo con su cometido. Livaja y Araujo no acaban de arrancar. Entre ambos llevan solo dos goles en 12 jornadas y ninguno ha visto puerta en los últimos seis encuentros. Trabajan, pelean y contribuyen en el juego, pero no atemorizan en las áreas rivales.
Está siendo uno de los lunares de la temporada amarilla, y eso que el inicio fue esperanzador. Livaja protagonizó un debut de ensueño con sus dos tantos en Mestalla y la parroquia isleña se frotaba las manos pensando que el ex del Inter podía incluso mejorar los registros de un Willian José que dejó muy buen recuerdo en la Isla. Pero fue un espejismo. Desde entonces, el croata no ha vuelto a ver portería y su sequía se prolonga ya a tres meses. Con Araujo también había puestas muchas esperanzas, pero su rendimiento no ha sido el esperado. Llegaba de un mal año en su primer curso en la categoría de oro del fútbol español, pero con ganas de reivindicarse. Se le vio más fino y en un buen tono físico durante la pretemporada, y sus mensajes iban en dirección a volver a ser aquel delantero que enamoró en Segunda. Pero sigue sin rendir en la categoría. Anotó ante el Granada para cerrar la goleada (5-1) y se erigió como héroe contra el Madrid al marcar en el último instante el tanto del empate (2-2). Pero desde esa sexta jornada, el argentino ha estado con la pólvora mojada. Y eso que ha disfrutado de la confianza de Setién, siendo la referencia ofensiva del equipo en los últimos duelos. Ambos delanteros han participado casi lo mismo. Livaja ha jugado 626 minutos en nueve partidos, mientras que Araujo 531 en once encuentros. En total cuatro tantos en 1.157 minutos entre ambos (un gol cada 289 minutos). Unos registros muy pobres que la UD no ha notado en exceso gracias a la respuesta del resto de jugadores. El representativo acumula 21 dianas en 12 partidos gracias, sobre todo, a los Boateng, Viera y Tana, quienes se han erigido como los máximos goleadores del equipo. A pesar de la mala estadística, el club confía en ellos. Los dos son jóvenes aún y el rendimiento de ambos, aunque discreto de cara a gol, no está siendo del todo malo por el trabajo que realizan en otras facetas del juego. Esto está empezando y hay fe en que los goles acabarán llegando.
