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Un poco de historia sobre Tamaraceite

Un poco de historia sobre Tamaraceite

Bajo el título 'Un paseo por Tamaraceite', el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Asociación Cultural Piedra Viva editan la historia de uno de los barrios con más historia de la capital grancanaria.

Jueves, 1 de enero 1970

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En la creación del libro, cuyo autor es Esteban Gabriel Santana Cabrera, han colaborado muchos vecinos y la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía en Canarias, FEDAC.

Esteban Santana destaca la importancia de Tamaraceite y asegura que "se desconocetoda la historia que tiene este barrio con aires de pueblo aún detrás de si,que fue uno de los cantones aborígenes más importantes de la isla de GranCanaria y el núcleo más importante del extinto Ayto. de San Lorenzo".

El autor nos facilita un fragmento de :

Tamaraceite está situada en un espacio formado por varias unidades de paisaje, con características propias (topográficas, climáticas, etc.) y diferentes del resto que la rodean. Hay que comenzar señalando que esta zona, desde tiempos prehistóricos ha estado muy influenciada por el hombre ya que era un lugar de vital importancia agrícola y ganadera dentro de la isla de Gran Canaria, como así recogen diferentes historiadores que iremos citando a lo largo de este paseo.

Desde 1476 se data la existencia del cantón de Tamaraceite. Durante la colonización, los historiadores Abreu y Galindo y Morales Padrón hablan de capturas de ganado, productos agrícolas y de la existencia de grandes palmerales "500 hombres con hachas trajeron de este pago 60.000 palmitos”.

En el siglo XVIII, se continúa con la desforestación de toda esta zona. Según René Verneau, aquí aparecen las primeras plantaciones de caña de azúcar. En el S.XIX hay referencias de cultivos como el trigo, legumbres, papas y hortalizas y se empiezan a construir importantes depósitos de agua. A la influencia de la agricultura y de los fenómenos naturales en la degradación del paisaje hay que sumar desde mucho antes el sobrepastoreo, ya que los rebaños de Tamaraceite permanecían aquí desde noviembre hasta julio, para después trasladarse a Valleseco o Firgas. Ya en el S. XX, la introducción del plátano, del tomate y las nuevas construcciones contribuyen a que estas unidades de paisaje que conforman el espacio de Tamaraceite, estén en continua transformación.

Gran Canaria en época prehispánica, según Viera y Clavijo, estaba dividida en varios cantones o pequeños estados: Galdar, Telde, Agüimez, Texeda, Aquexata, Agaete, Tamarazeyte, Artebirgo, Artiacar y Arucas, gobernadas por reyes, llamándose el de Tamarazeyte “Adeun”.

El nombre de Tamaraceite o Tamarazeyte entre sus diversas grafías, según Juan Álvarez Delgado en el Anuario de Estudios Atlánticos, viene de “palmital”, por estar derivado del nombre guanche bereber, alusivo a palmero macho y no a palmeras datileras.

Para Antonio Abad Arencibia Villegas, conocido historiador, literato y pintor de Tamaraceite, el término viene de los vocablos Atamarazait cuyo significado podría ser “paso entre palmeras”. Este autor afirmaba que esto coincidía con las anotaciones de algunos exploradores castellanos que hablan de Tamaraceite como de un hermoso valle cubierto de palmeras por el que discurrían barranquillos de agua.

A-TAMAR-AZ-AIT para Antonio Arencibia es un conglomerado de cuatro palabras cuyo significado podría ser:

A: es una especie de partícula determinante que equivale al artículo el o la, muy utilizado por los aborígenes sobre todo en Gran Canaria, en la cual casi todos los topónimos la anteponen al nombre (A-reucas, A-terori, A-firgas).

TAMAR: es un vocablo muy extendido en todos los lugares donde se hablan lenguas semíticas con diversas acepciones siendo la más frecuente el significado de palmera.

AZ: Cree Antonio Arencibia que puede ser una preposición que aún existe en muchos dialectos árabes con la significación de AL o ERO (palmero, palmeral).

SAIT: Tiene algunos parecidos la significación de Atamarasait con antiguos dialectos semíticos, egipcios e incluso de Asia Menor, con el de abundancia de palmeras y dragos, que para los aborígenes debían tener la misma denominación.

La población aborigen se asentaba principalmente en lo que hoy conocemos por “La Montañeta” y prueba de ello son las innumerables cuevas que existen en la zona y que sirvieron de vivienda a nuestros abuelos y que han ido transformándose en casas terreras. También se han ido descubriendo otros asentamientos, donde se han encontrado restos de construcciones y necrópolis: Los Dragos, Los Giles, Lomo los Frailes, Rugayo, Las Cuevas del Rey y la Montaña de San Gregorio. Este último yacimiento se encuentra en un antiguo camino que llevaba a la gente en ruta hacia Teror. En uno de sus márgenes se levantaba una ermita del S.XVI de la que sólo quedan restos de sus muros ya derruidos.

A lo largo de los últimos años se ha podido encontrar cuevas cruciformes, con planta de cruz griega, donde se ha hallado diverso material aborigen, similar al de algunas zonas de África. Asimismo se pueden observar unos canales construidos por los pobladores prehispánicos que les servían para recoger el agua de la lluvia y que llevaban hasta un depósito.

Esta zona fue muy abundante en agua por lo que no es equivocado decir que fuera un lugar apetecible para el asentamiento aborigen. También era un sitio de paso hacia el centro y norte de la isla ya que aprovechaban el barranco de Guanarteme o las suaves lomas que había entre La Isleta y Tamaraceite. Viera y Clavijo hace referencia al cantón de Tamarazeyte, ya que cuando se otorgó la escritura de toma de posesión de la isla por Diego de Herrera el 11 de enero de 1476, fueron enviados canarios de cada uno de los pueblos de la isla, entre los que se encontraba el enviado de Tamarazeyte.

La ermita de la Mayordomía de Tamaraceite según los documentos que hemos podido barajar, ha tenido que ser reconstruida en varias ocasiones. Los primeros datos de este edificio los tenemos en el S. XVII haciendo referencia a unas inundaciones, más concretamente en 1641, cuando sólo llevaba un año construida, un temporal hizo correr el barranco de Tamaraceite, inundándose la misma. Se veían nadando las vigas, tablas y tallas a pesar de que ésta se encuentra a más de 25 metros del lecho del barranco.

La ermita actual es del siglo XVIII. No se sabe con exactitud una fecha más precisa. En ese siglo estaba bajo la advocación de San Buenaventura y San Sebastián y se le puso este nombre por devoción del coronel de los Reales Ejércitos Don Jacinto Falcón. Fue construida sobre las ruinas de la anterior que quedó arrasada por un incendio en una tormenta de verano. Algunas de las imágenes fueron salvadas del incendio y llevadas a otras parroquias. Según el historiador Sebastián Jiménez Sánchez, la imagen de San Sebastián que actualmente está en la iglesia de San Lorenzo perteneció a la ermita de la mayordomía.

A finales del siglo XIX, una de las últimas familias dueñas de la finca, Doña Úrsula Quintana, introdujo las fiestas de San Antonio Abad y la Virgen de los Dolores. En el año 1919, la mayordomía fue adquirida por el maestro de escuela D. José Rivero Viera, que reformó el frontis, añadiéndole la espadaña y las bolas que rematan las esquinas. Francisco López y también su padre fueron mayordomos de la finca en esta época, antes y después. La familia de Doña Clara Sintes y Matías Vega Guerra fueron los últimos dueños de la finca de la mayordomía y la ermita hasta que la cedieron a la parroquia de Tamaraceite.

La ermita de la Mayordomía, actualmente propiedad de la parroquia de San Antonio Abad, está situada aproximadamente a un kilómetro de la iglesia parroquial y a pocos metros de Las Perreras y La Guillena. Probablemente había antes un oratorio-cementerio para uso de los primeros dueños de la finca. Los mayordomos vivían en las casas cercanas que están en ruinas (de ahí proviene el nombre de mayordomía).

Está formada en su interior por un salón principal grande y otra pequeña dependencia que es la sacristía. Su techo es de gran altura donde las ventanas, no muy grandes, sólo dejan entrar algo de luz. La decoración es algo rudimentaria. También cementerio de niños. Todo el pavimento está preparado para enterramientos tanto de personas mayores como de niños. En la sacristía y el presbiterio hay sepulturas destinadas a niños.

A finales del S. XVII se edificó el cementerio de San Lorenzo donde enterraban a los naturales del lugar y a los de Tamaraceite. A comienzos del siglo XX fueron donados unos terrenos cerca del cruce entre Teror y Arucas, al lado de la gasolinera, para edificar un cementerio en Tamaraceite. Dichos terrenos fueron donados al Ayuntamiento de San Lorenzo por Don Emilio Arencibia Pérez pero el proyecto no llegó a ejecutarse por la oposición de los vecinos de la Cruz del Ovejero, que no querían tener un cementerio cerca. Poco después de la anexión del Ayuntamiento de San Lorenzo con el de Las Palmas se construyó el cementerio de Tenoya para desahogar en parte al cementerio de San Lorenzo.

En el año 1921 comenzó la construcción de la iglesia de San Antonio Abad. Hasta entonces había en el mismo lugar una fábrica de fósforos y en uno de sus locales se celebraba la misa. El sacerdote D. Ceferino Hernández cedió para la iglesia no solamente el viejo edificio de la fábrica sino el solar donde está hoy la plaza y el aparcamiento. Don Ceferino había estado en Argentina y tanto algunas de sus propiedades como el dinero que había traído lo destinó a la iglesia de Tamaraceite. El Obispo Justo Marquina el 1 de enero de 1922 decretó en prueba de reconocimiento declararle protector de la iglesia y le concedió entre otros privilegios que pudiera abrir una puerta que comunicara su casa con la iglesia, que se celebraran anualmente tres funerales de primera clase: uno el 18 de abril por D. José Güimart, otro el 26 de octubre por Doña María José Rodríguez y otro por el alma de este bienhechor, después de su fallecimiento. Terminó el Obispo Marquina ordenando que estos mandatos se gravasen en una lápida en la sacristía de la iglesia.

La construcción del templo se hizo gracias al esfuerzo de los vecinos, hombres, mujeres y niños, que los domingos colaboraban con su trabajo. Los hierros de la construcción se trajeron de los restos de un barco, el “Suleika”, que había embarrancado en la ciudad. En 1922 ya empezó a utilizarse el templo para el culto religioso, aunque aún faltaban muchos arreglos por hacer.

En 1933 fue nombrado capellán de Tamaraceite D. José Cárdenes, quien, entre otras cosas, puso los bancos de la iglesia ya que, hasta entonces, cada uno traía su silla si quería sentarse. A él le siguió D. Abrahán González Arencibia que al año siguiente pasó como párroco de San Lorenzo.. Y, por fin, en 1936, vino el que sería último capellán, Don Mariano Hernández Romero, que también sería el primer cura párroco de Tamaraceite.

Los vecinos de Tamaraceite reclamaban desde hacía mucho tiempo formar una parroquia independiente de la de San Lorenzo. Desde el año 1923 hay constancia en el Obispado de que Tamaraceite pedía segregarse y formar una parroquia distinta, alegando el gran número de habitantes y la distancia entre las dos poblaciones. Lo vinieron a lograr el año 1937, siendo obispo de la Diócesis D. Antonio Abad Pildain y Zapiain. El 7 de diciembre de 1937 firmó el obispo el auto de creación de la parroquia señalando el día 8, día de la Inmaculada Concepción, como fecha de comienzo de la misma. El Archivo parroquial recoge muchos de estos documentos y otros no por ello más curiosos. Entre ellos destacan los libros oficiales donde se inscribe los que se bautizan, se casan o reciben otros sacramentos en la parroquia. El archivo está instalado en una sala junto a la Casa Parroquial, una vivienda con más de un siglo de existencia en el número 1 de la calle Pedro Hernández Benítez. Los párrocos son los encargados de la custodia del archivo y en los últimos años se ha contado con alguna persona que, de forma voluntaria, pasa a los libros los acontecimientos de la comunidad cristiana.

La nueva parroquia tenía los siguientes pagos: Cruz del Ovejero (que adquirió este nombre por existir una cruz en recuerdo al pastor que fue asesinado en dicho lugar), Casas de Abajo, Los Lomos, Rehoyas Altas y El Toscón. En aquel momento la parroquia tenía 4.488 habitantes. Actualmente la Parroquia de San Antonio Abad de Tamaraceite la componen los barrios de El Toscón, Las Suertes, Piletas, Hoya Ayala, La Galera, Ciudad del Campo, Isla Perdida y Tamaraceite.

Su párroco actual es Don Jesús Vega Mesa desde septiembre de 1994 y entre las actividades más importantes desarrolladas en estos últimos años destaca la Asociación Cultural Piedra Viva y la creación de una emisora parroquial, Radio Tamaraceite Onda Parroquial, que emite para toda la ciudad de Las Palmas de GC y para el centro y norte de la isla. Es una emisora que cumple el doble papel de taller de radio donde se forman los jóvenes de nuestro pueblo y a la vez es un punto de unión e información de todos los vecinos de los barrios. Radio Tamaraceite Onda Parroquial ha sido una de las cosas que nunca se olvidarán ya que ha supuesto un hito en la historia de nuestro pueblo.

El templo parroquial posee una de las obras más importantes del pintor Jesús Arencibia, hijo de este pueblo, y es el mural que preside el altar mayor. Éste fue inaugurado en 1971 siendo párroco de la misma Don Ignacio Domínguez. Por su importancia le dedicamos un capítulo a este mural ya que creemos que es importante que se conozca su significado. También la vidriera que preside la capilla del Santísimo fue diseñada por el pintor. Asimismo en las naves laterales hay dos cuadros del S. XVII aproximadamente, de la Escuela Veneciana y de autores anónimos. Los títulos son La Anunciación y El Nacimiento de la Virgen María.

La Casa de la Cultura de Tamaraceite es un punto obligado cuando hablamos de Tamaraceite y el antiguo Ayuntamiento de San Lorenzo. Tamaraceite, aunque a lo largo del tiempo ha tenido mayor número de habitantes que San Lorenzo, dependió durante un periodo, jurisdiccional y religiosamente de esta última. En principio la sede del ayuntamiento fue el edificio donde actualmente están los archivos parroquiales de San Lorenzo, que anteriormente había sido una escuela real. Sobre 1850, los archivos municipales cambian de ubicación, pasando a ocupar un inmueble que anteriormente fue casa de los Betancores en la Carretera General de Tamaraceite, donde actualmente está la Casa de la Cultura. Este edificio pasó a ser posteriormente sede del juzgado, cuartelillo de la policía, edificio de correos y oficinas de la policía local.

Las Palmas formaba un solo ayuntamiento y en los pueblos había un alcalde pedaneo que era el delegado del corregidor, encargados de ejecutar sus órdenes y con atribuciones muy limitadas.

Fue a comienzos del S. XIX cuando se formaron los actuales ayuntamientos, entre los que estaba el Ayuntamiento de San Lorenzo, ya que hasta ese momento la infraestructura municipal insular se hallaba centralizada en el cabildo o ayuntamiento único. El 20 de junio de 1843 en Orden Circular dada por el Sr. Gobernador de la provincia con fecha 6 de junio y en el Boletín Oficial número 4 publicado el 14 de junio de ese mismo año, tiene la confirmación como municipio el Ayuntamiento de San Lorenzo.

Con la llegada de la dictadura del General Primo de Rivera y por los años 1922 a 1928, el Ayuntamiento de San Lorenzo se encuentra incómodo ya que el Ayuntamiento de Las Palmas intenta llegar hasta las inmediaciones de Guanarteme, en la desembocadura del barranco de Tamaraceite. Los concejales del Ayuntamiento de San Lorenzo estaban de desacuerdo con esta petición y solicitaron al Ayuntamiento de Las Palmas que se realizara un nuevo deslinde para evitar enfrentamientos.

Recordamos que el Ayuntamiento de San Lorenzo llegaba por el norte hasta Tinoca, Costa Ayala y Las Canteras, cerca de lo que ahora es la calle Bernardo de la Torre. Por el este llegaba hasta Guanarteme, Arenales, la Minilla, Escaleritas (antes llamada “El Polvo” por ser una gran explanada de arena y tierra), Schamánn, Rehoyas Bajas y Lomo Apolinario hasta La Calzada. Por el sur los límites estaban en Siete Puertas, Vizcaína y Pinar de Ojeda y por el oeste Espartero, El Álamo, Barranco Lezcano y Barranco de Tenoya hasta el mar.

Años más tarde, durante la Guerra Civil, comenzaron de nuevo los problemas para este ayuntamiento. Desde aproximadamente el mes de abril de 1.936 hasta el mes de julio del mismo año fue alcalde don Juan Machado que es destituido por la fuerza el 18 de julio de 1936 y encarcelado junto a varios miembros de su corporación. Tras un consejo de guerra fue uno de los fusilados durante la dictadura, por sus ideas políticas, el 29 de marzo de 1937.

El 27 de octubre de1937 los concejales Hernández Ramos, González Armas y Correa Viera elevaron al Ayuntamiento de Las Palmas una proposición de agregación del Ayuntamiento de San Lorenzo al de Las Palmas. El alcalde de Las Palmas, por esos años, Don Diego Vega Sarmiento vio con agrado lo que sus compañeros ediles le proponían y nombra una gestora de 15 personas al efecto. El proceso continúa y el 30 de octubre de 1937 sale en el Boletín Oficial la solicitud hecha por el Ayuntamiento de Las Palmas.

En esta época era alcalde de San Lorenzo Don Antonio Mateo Cubells y no estaba de acuerdo con la agregación pero deja el cargo el 14 de octubre de 1937 y es nombrado Don Antonio González Cabrera, vecino de Tamaraceite y de profesión importador, como su sucesor. Éste ordena el 2 de noviembre de 1937 en una sesión ordinaria que se diera lectura de la propuesta formulada por el Ayuntamiento de Las Palmas y que se inscribiera en el libro de actas. El alcalde manifestaba: “que el acuerdo que se adopta entraña una enorme responsabilidad ante el pueblo, pues se trata de mantener o torcer el cauce de su vida administrativa, manteniéndola independiente o agregándose íntegramente al de Las Palmas, aunque es de los que cree que los momentos nacionales son de eliminar rebeldías y prejuicios y con conciencia noble y limpia abordar todos los problemas por difíciles y espinosos que sean; también estima que la personalidad de un pueblo no desaparece por unir sus destinos a otro con más amplitud de vida y con más medios factibles de encauzar y resolver nuestros problemas. Una agricultura empobrecida es el blanco de los tiros tributarios de ésta y similares municipios descansando sobre ella el peso ya insoportable de crecidos Repartimientos de Utilidades cuya efectividad encuentra serios obstáculos y muchas veces deja huellas dolorosas en los hogares pobres. Esta presidencia está convencida de la absoluta conveniencia de aceptar la agregación total que nos brinda Las Palmas, ya que espera que esta unidad fortalezca nuestra economía y nos traiga múltiples reformas que por nuestros medios no podríamos afrontar”...”Además Las Palmas nos esgrime el argumento de la anexión de las barriadas de Guanarteme y Schamánn y ya supondrán los señores ediles lo que para nosotros supondría está pérdida, nuestra anulación desde todos los puntos de vista, quedando un término reducido y pobre, sin medios suficientes y con la mínima significación pública y administrativa”.

El 30 de noviembre de 1937 ordena el alcalde que se ratifique el acuerdo tomado por el Ayuntamiento de Las Palmas, ya que según él no se había opuesto el pueblo de San Lorenzo.

El 21 de enero de 1938 es destituido el alcalde por el Gobernador Civil y nombra a Don Juan Suárez, industrial y vecino de Tamaraceite.

El 17 de febrero de 1938 el Cabildo Insular da su conformidad a la agregación y el Ayuntamiento de Las Palmas eleva un escrito al Ministerio de la Gobernación para solicitar la aprobación de la agregación.

El alcalde Don Juan Suárez sigue en el poder hasta el 5 de septiembre de 1939, fecha en que fue destituido para ser nombrado Don Juan Ramírez Ramírez, agricultor y vecino de Tamaraceite, que primero fue teniente alcalde. Al cabo de un mes, el 30 de noviembre de 1939 se comunica por parte de la Subsecretaría del Ministerio de la Gobernación la resolución del expediente de la agregación del Ayuntamiento de San Lorenzo al de Las Palmas, que a partir de este momento pasa a denominarse Las Palmas de Gran Canaria.

El 20 de diciembre de 1939 envía el Gobernador Civil un oficio comunicando la Orden de agregación al Ayuntamiento de San Lorenzo que el día siguiente celebra sesión extraordinaria y se da lectura al oficio.

El 30 de diciembre de 1939 se celebra la última sesión de la Sala Capitular del Ayuntamiento de San Lorenzo, sita en la Carretera General de Tamaraceite, con la participación del Interventor de Fondos Don José Blanco Martín para saldar y traspasar el saldo al Ayuntamiento de Las Palmas de G.C.. Esta fue firmada por el alcalde Don Juan Ramírez y los concejales Don Manuel Hernández Jiménez vecino de San Lorenzo, Don Juan Cárdenes Martínez, teniente de alcalde, agricultor y vecino de Los Tarahales y Don Manuel Macías López vecino de Tenoya. Actuó como interventor Don José Blanco Martín y Don José Bolaños Martínez, como secretario accidental y fue el que hizo la diligencia final rubricando el último Libro de Actas del Ayuntamiento de San Lorenzo.

Hay muchas teorías entre la gente del pueblo sobre la agregación al Ayuntamiento de Las Palmas. Sin descartar que hubiese algún interés económico de por medio, lo cierto es que San Lorenzo se agregó al Ayuntamiento de Las Palmas en una época difícil ya que coincidió en plena guerra civil y muchos de los que tenían en sus manos el poder hacer algo las tenían “cogidas” porque todos tenían algún familiar o conocido en el frente y nadie se atrevía a protestar.

Cuenta José Angel Moreno Ramírez en un artículo en El Eco de Canarias, que cuando llegó el momento de la entrega del municipio fueron al Gobierno Civil vestidos con el uniforme de Falange, Don Juan Ramírez, Don Bartolomé Hernández y Don Manuel Hernández. Don Bartolomé Hernández tomó la palabra en el despacho del gobernador y diciendo: “Mire Sr. Gobernador, nosotros no queremos tener responsabilidades, porque eso es entregar un pueblo a otro y nosotros no queremos que nadie se lleve mal con nosotros”. El Gobernador le preguntó: “¿Ustedes son falangistas?. Don Bartolomé le respondió: ”naturalmente”. Agrega el Gobernador: “pues ningún falangista puede tener miedo, lo hecho, hecho está”.

Pónganse en el lugar de estas personas, con la presión del momento político y social que estaban viviendo. Si a esto le unimos que el Gobernador llamó en alguna ocasión a otro concejal para que no se opusiera a la Orden dada por él mismo, la agregación estaba “cantada”.

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