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Jueves, 1 de enero 1970
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El procurador de los Derechos Humanos de Guatemala, Jorge de León Duque, aseguró hoy que el país sigue alejado de la visión de desarrollo humano que perfilaban los Acuerdos de Paz, rubricados hace 20 años, porque los gobiernos han dado prioridad a la productividad y la rentabilidad económica. "Los Acuerdos de Paz son una verdadera agenda de desarrollo humano, la cual plantea una respuesta integral a los problemas del país", pero los gobiernos no han asegurado "el disfrute de los derechos humanos de la población", proclamó De León con motivo del vigésimo aniversario del fin del conflicto armado (1960-1996). En un comunicado, De León Duque reconoció que en estas dos décadas se han observado "logros" en el sistema de justicia y también en materia de seguridad. Uno de los hechos más significativos, continúa, fue el movimiento ciudadano de 2015 en contra de la corrupción y en apoyo al Ministerio Público (MP-Fiscalía) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, dos instituciones que desarticularon grandes casos de corrupción en los que están implicados altos funcionarios, entre ellos el expresidente Otto Pérez Molina. A pesar de los problemas pendientes, en estos años los pueblos indígenas y las mujeres han cobrado especial "relevancia" como sujetos políticos "a partir de la reivindicación de sus derechos específicos", como el acceso a la tierra o la vida libre de violencia, apuntó. "Hay problemas que en el lapso de 20 años se han sumado a la deuda pendiente que ya existía al momento de la firma de los Acuerdos de Paz: se necesita garantizar la seguridad de la población y depurar las instituciones del Estado para que cumplan sus funciones fundamentales", dijo el procurador. Para ello pide construir una "nueva estrategia de crecimiento" que asegure el desarrollo económico con equidad, mejorar la eficacia de las finanzas públicas, profundizar la lucha contra la corrupción por su grave impacto en el disfrute de los derechos humanos, superar las brechas en salud y educación, y generar oportunidades para que la población no migre u opte por la delincuencia. Pero también se debe continuar la lucha contra el racismo y la discriminación de todo tipo, "porque tiene costos sociales, económicos y políticos", arguyó. Los Acuerdos de Paz para Guatemala de 1996 pusieron fin a un conflicto de 36 años que dejó más de 200.000 muertos y unos 45.000 desaparecidos.
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