Un baile al son de Jonathan Viera

El partido comenzó monopolizado por la presencia de Boateng en el once titular. Los amarillos dominaban el juego, tenían el balón y protagonismo, mientras los italianos esperaban algún error en la zona de creación para llegar a la meta de Javi Varas.

Setién, para la prueba más exigente de la pretemporada, dispuso de un once muy válido para Mestalla, plagado de teóricos titulares. Desde el principio la conexión de los tres hombres del medio, con Jonathan Viera como directo del juego y con Kevin-Prince Boateng y Momo en las bandas entrando bastante en juego y asociándose con facilidad, Las Palmas comenzó a llegar a la portería del Cagliari. El peligro no se transformaba en ocasiones claras, pero sí en avisos de que el encuentro se lo tomaban muy en serio.

El propio Viera fue el que tuvo la primera ocasión del partido, pero su disparo se marchó fuera. Luego, la UD trató de entrar desde las bandas y, aunque con cierto peligro, los centros nunca llegaron a inquietar demasiado al meta Rafel. Los laterales se incorporaban con peligro y aprovechaban la disposición táctica tan defensvia del conjunto entrenado por Rastelli.

Pero sin embargo, en un contraataque el ariete Sau tuvo la más clara, aprovechando un despiste tras segunda jugada y su disparo se marchó fuera por poco. Unos minutos después, fue Di Genaro el que probó suerte con un disparo lejano que cerca estuvo de sorprender a Varas.

La imagen de la Unión Deportiva era muy sólida. Había ganas de agradar en el último amistoso en la Isla. La presencia de un enérgico Boateng -cualquiera diría que lleva un año en el ostracismo- alimentó las ganas del resto. Viera, Momo o Macedo mostraban sus credenciales. Livaja, al estar tan atrás el Cagliari, perdía protagonismo, por eso se movía por todos los frentes de ataque buscando tocar el balón.

De la nada, como el buen mago que saca un conejo de la chistera, Jonathan Viera se inventó un pase al segundo palo donde esperaba Livaja, que le pegó a bocajarro, pero Rafael envió el disparo a córner con apuros.

La UD se gustaba y el gol estaba por venir. Viera econtró en Macedo a su socio perfecto y entre los dos tiraron una pared que sirvió para que el brasileño -que ha sorprendido con su gran nivel exhibido hasta ahora- se plantara solo en el área pequeña. Cuando todos pensaban que el carioca iba a centrar, se sacó un potente disparo al palo del portero, que solo pudo contemplar el golazo del carrilero amarillo. Y así, se puso fin a un gran primer acto.

Ya en la segunda parte, sin Boateng, pero con Tyronne, Las Palmas continuó con el mismo guión y las ocasiones se iban sucediendo, pues los italianos tenían que arriesgar más y la UD encontraba espacios en la retaguardia rival. Siempre al son del mismo, de Viera.

Llegó entonces el carrusel de cambios y Setién trasnformó el equipo dando entrada a muchos jóvenes. Con ellos salió Araujo, quien a los pocos minutos recibió una patada descomunal y fuera de lugar de Murru, que provocó una tangana entre jugadores y acabó con el futbolista del Cagliari expulsado.

A pesar de tanto cambio, el partido no cambió ni un ápice el monótono guió y era la UD la que llevaba todo el peso del encuentro. Las ocsaiones se sucedían. El Zhar y Araujo tenían las más claras, pero no concretaban las oportunidades en gol. Tanto era el peligro, que hasta dos goles anuló el colegiado a Las Palmas en los últimos instantes, uno al jóven Carlos González y otro a Araujo.

La Unión Deportiva conquistó el 31º Trofeo Internacional de Maspalomas con autoridad y superioridad, pues el baño de fútbol por momentos fue tremendo. Con los primeros detalles de Boateng , el buen nivel de hombres como Momo, Roque o Macedo y el espectáculo de Viera, este equipo ilusiona.