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Tres mil familias argentinas esperan mudarse del barrio "tóxico" donde viven

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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El paisaje parece postapocalíptico. Entre casas abandonadas, plantas de procesamiento de residuos patológicos, destilerías y el tercer río más contaminado del mundo viven las casi tres mil familias argentinas de Villa Inflamable, que esperan ser reubicadas desde 2008.

El asentamiento precario tiene una doble amenaza ambiental: por un lado, está junto al río Matanza-Riachuelo, considerado uno de los más contaminados del planeta.

Por el otro, el lugar que antaño fue un barrio residencial fue colonizado por fábricas que lo convirtieron en un distrito industrial, más específicamente el Polo Petroquímico de Dock Sud, en el partido bonaerense de Avellaneda.

Tras el estudio "Jica", realizado por una agencia de cooperación japonesa en 2003, se conocieron las altas cantidades de plomo en sangre a las que estaban expuestos los habitantes de Villa Inflamable.

Tres años después, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable presentó el Plan Integral de Saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo, en el que Dock Sud era considerado prioridad debido al deterioro ambiental del área en cuestión.

Así, en julio de 2008, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó la reubicación de la totalidad de Villa Inflamable y en 2010 se acordó que la Municipalidad de Avellaneda y la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) llevarían a cabo el proceso.

Ya han pasado ocho años desde aquel fallo y solo han sido trasladadas cuatro de las casi tres mil familias que censó la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij), organización que brinda asesoría jurídica a los vecinos.

En 2015 se aprobó la construcción de 440 casas en Barrio Alianza, adonde se mudarían de forma permanente las primeras familias en el término de dos años, a pocos kilómetros de Villa Tranquila y también a la vera del Riachuelo.

Pero ese barrio tiene varios problemas, de acuerdo con Acij: no tiene buen acceso al transporte, no hay estudios suficientes sobre la contaminación en aire y agua, y es el epicentro de un conflicto futbolístico entre los equipos San Telmo y Dock Sud que podría tornarse sangriento.

"Uno de los principios de todos los derechos humanos es el de progresividad y no regresividad. Si queremos garantizar el derecho a la vivienda digna de todos los habitantes de Inflamable tenemos que asegurarles un lugar que sea igual o mejor que donde viven", afirma Guadalupe Falbo, abogada de Acij.

La letrada explica que se identifican dos procesos en el barrio: un "mientras tanto" que incluye cómo viven los vecinos hasta que sean reubicados, y la mudanza en sí que, según lo que ella pudo saber, "no está avanzando, al menos hasta hoy".

Ese "mientras tanto" es una realidad compleja que incluye falta de alumbrado público, de cloacas, de acceso a la salud y al agua potable, que suple Acumar con entrega de bidones que los habitantes utilizan para beber, y Acij denuncia que no alcanza para que se bañen o laven sus verduras y frutas.

"Siempre hay casos, como por ejemplo el de un nene quemado, que lo mandaron del médico a lavarse con agua limpia. Al no saber si tienen agua segura, piden el bidón para bañarlo. Si tenés que dar la libertad, no daría abasto un día de reparto", dice Claudia Espíndola.

Espíndola forma parte del grupo de once puesteros que reparten los bidones a los vecinos.

Mientras tanto, el agua que sí sobra en Villa Inflamable es el de las "lagunas", las cloacas a cielo abierto que son caldo de cultivo para enfermedades.

María Pilar "Perla" Sáenz tiene 65 años y hace diez que se mudó al barrio, al lado de una de las lagunas.

Todos los días recorre tres cuadras con un carro en el que lleva sus bidones.

"Yo soy una de las personas que me quiero ir de Inflamable. Deseo y anhelo tener mi hogar, poder pagarlo y tener todo en orden como es debido", dice.

Sáenz detalla que, si hay tormentas, el agua de la cloaca a cielo abierto, que además funciona como un vertedero de basura, puede entrar a su casa.

La vecina es parte de un colectivo que se siente "desinformado" respecto de su situación, tal como explica Falbo.

Según la abogada, quienes viven en Villa Inflamable "ya no creen" en políticas públicas que puedan mejorarles la calidad de vida.

"El Estado directamente abandonó al barrio y se generó una situación donde los vecinos no están viviendo acá ni allá", afirma.

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