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Tres años de prisión por vender a su novia para prostituirla

Tres años de prisión por vender a su novia para prostituirla

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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Daniel E., acusado de vender por 1.000 euros a su novia para explotarla sexualmente en un club de alterne que regentaba su madrastra Ionica B.R. en Vigo, ha aceptado tres años de prisión y una multa de 360 euros por los delitos de trata de seres humanos e inducción a la prostitución.

De los tres años de cárcel que ha aceptado en un acuerdo de conformidad alcanzado por las partes antes de la celebración del juicio en la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, Daniel E. ya ha cumplido un año y tres meses en prisión provisional.

Su madrastra, Ionica B.R., que estuvo en la cárcel seis meses por esta causa, ha aceptado la misma pena, que será sustituida por el pago de 6.480 euros, y así evitará su entrada en prisión.

Lo mismo que su pareja, Juan Valentín P.C, que no verá privada su libertad al ser condenado a dos años por un delito de tráfico de seres humanos y carecer de antecedentes.

El fiscal pedía inicialmente ocho años de cárcel para Daniel E. e Ionica B.R. por trata de seres humanos, cuatro más para los tres acusados por prostitución coactiva y tres años más para la regente del prostíbulo por un delito contra el derecho de los trabajadores.

El representante del ministerio público ha mantenido la indemnización de 7.000 euros para la víctima, diagnosticada con trastorno de estrés postraumático en grado grave y quien contrajo enfermedades de transmisión sexual durante el periodo en el que fue explotada.

Según consta en el escrito de la acusación, Daniel E. conoció en julio de 2012 a la víctima en Rumanía, quien por entonces tenía 18 años y procedía de una familia numerosa "muy humilde" y en situación de especial vulnerabilidad y marginalidad.

"Con el fin de mover la voluntad de la chica y convencerla de que se trasladase con el a España", el acusado le propuso iniciar una relación sentimental y convivió con ella en una habitación arrendada antes de proponerle que lo acompañara a Vigo para que ayudara a su madre en la limpieza del bar que regentaba.

Junto a los otros dos encausados, organizó un viaje por carretera por el que la chica contrajo una deuda que le obligaron a devolver mediante el ejercicio de la prostitución: de los 20 euros que cobraba por servicio, cinco serían para Ionica B.R y el resto para Daniel E.

La víctima realizó jornadas laborales de 12 horas todos los días de la semana sin descanso hasta que en septiembre de 2012 Daniel E. decidió venderla a su madrastra por 1.000 euros y se marchó de Vigo.

A partir de ese momento, Ionica B.R y Juan Valentín P.C se la llevaron a su domicilio familiar en Redondela para tenerla controlada y pasaron a cobrar íntegramente toda la recaudación que generaban los servicios sexuales que ésta prestaba.

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