¡Tomá Shakespeare!
¿Reír con Otelo? Parece increíble y lo es. Había que verlo para creerlo y el público que acudió el pasado sábado al Teatro Auditorio de Agüimes no solo fue testigo de la proeza, sino que acabó en pie aplaudiendo el duro trabajo actoral de la compañía argentina Mika Project.
Fue una función excepcional. El propio director y guionista Gabriel Chamé tuvo que armarse de valor y sustituir sobre las tablas a Martín López Carzolio, que quedó atrapado en un aeropuerto español por problemas con su visado. López es uno de los cuatro intérpretes que dan vida a todos los personajes de la tragedia shakespiriana. Todo un reto, porque el actor es el principal elemento cómico de una obra en la que se desdobla para interpretar cuatro papeles; incluso de forma simultánea a Michael Casio y Rodrigo, cuando ambos personajes se enzarzan en una surrealista y delirante lucha cuerpo a cuerpo.
Según los teatreros más entendidos, la propuesta de la compañía argentina fue el espectáculo más aplaudido en la última edición del Festival de Teatro Clásico de Almagro.
Su mayor mérito reside en convertir el drama de Shakespeare en una tragedia bufa contemporánea, con elementos del clown y del burlesque, sin alejarse de la historia, y acudiendo a las partes esenciales y más grandilocuentes del texto de Shakespeare.
El dinamismo en escena es apabullante. Al agotador juego físico, salpicado de bofetadas y mamporrazos, se suma la acción de los actores para transformar la escenografía en cada acto. También es una novedad que los propios actores tomen la cámara de vídeo para proyectar imágenes en una pantalla y, de ese modo, retratar de cerca los rostros de la crueldad, como si estuviéramos presenciando una película snuff con violencia real.
Sin embargo, a pesar de los gags absurdos, de que la sangre corra a raudales en forma de serpentina sobre el escenario y del resto de bufonadas, estamos ante un auténtico Otelo, con un Yago hipermalvado y una Desdémona chifladísima por el amor de su amante berberisco.
Despojado de su solemnidad, el espíritu de Shakespeare está ahí. Aunque los actores se mofen de su ampulosidad ante sus narices, literalmente.
Quizá las sensaciones que se vivieron el sábado en Agüimes se asemejan más a las que experimentaba el populacho del teatro isabelino, envuelto en aroma a caballo y a cerveza rancia, que las que transmiten esas versiones de Otelo que juran fidelidad al texto de su majestad El Bardo. Porque, ¿no es acaso ridículo que un hombre, supuestamente astuto, se deje llevar por los dimes y diretes y, víctima de un ataque de celos, asesine a su fiel amada? ¿No es para decirle: ¡moreno, espabila!?» Esa es la idea que cundió en el patio de butacas gracias a la soberbia actuación de estos sofisticados payasos. Porque, como dicen en la obra: «¿Querían Shakespeare? ¡¡¡Pues tomá!!!»
FICHA
Teatro Auditorio de Agüimes. 17 de octubre. 28 Festival del Sur. Encuentro teatral Tres Continentes. Direccion y adaptación: Gabriel Chamé. Compañía: Mika Project. Interpretación: Matías Bassi, Julieta Carrera, Hernán Franco y Gabriel Chamé. Escenografía e iluminación: Jorge Pastorino. Vestuario: Gisela Marchetti.