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Tiene un bebé por cesárea «sin anestesia»

Una madre que dio a luz en agosto no sabe cómo habrá quedado su hijo, qué secuelas le traerán las presuntas negligencias en el parto. Recuerda médicos discutiendo dentro de quirófano, justo antes de perder el conocimiento cuando el bisturí se posó sobre su piel.

Jueves, 1 de enero 1970

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Fue una experiencia que nunca olvidará. No por haber sido hermosa ni por el deseado retoño que llegaba al mundo, sino por lo desamparada que se sintió en momentos tan delicados para la vida de una mujer. M.J.V., de 28 años de edad, ingresó en el área de Maternidad del Hospital General de Fuerteventura el pasado día 5 de agosto. A las 9.00 horas del día siguiente entra en el paritorio, después de que los responsables médicos decidieran inducirle el parto, ya que, a pesar del largo tiempo transcurrido, aún no había dilatado lo suficiente para dar a luz de forma natural. Pero el equipo de ginecología no asiste a la joven hasta 12 horas después.

Y es que no fue hasta las 20.40 horas cuando los médicos deciden por fin practicar una cesárea de urgencia, y lo hacen porque las pulsaciones del bebé son cada vez más débiles y la madre ya estaba agotada después de un largo día de agonía. Desde el entorno de la afectada se denunció ayer que «el equipo médico que la atendió en ese momento no fue capaz de valorar la situación y no fue consciente del gravísimo riesgo que se estaba produciendo, al no poder la madre tener el parto de forma natural».

La madre es llevada al quirófano y varios miembros del equipo médico (anestesista y ginecóloga) comienzan una discusión sobre cómo actuar ante la situación crítica a la que se enfrentaban en ese momento. Al final se practica la cesárea de urgencia, pero «sin respetar el tiempo necesario para que la anestesia hiciera su efecto», denunciaron las mismas fuentes. «Esta mala praxis produjo tan fuerte dolor que la madre perdió la conciencia, provocando una situación peligrosísima por el riesgo de perder la vida, tanto la madre como el bebé, ya que el propio bebé estuvo unos segundos sin respiración», añadieron.

Las cosas empeoraron. Pese a la cesárea practicada, el bebé era demasiado grande y no podían sacarlo. Al final utilizaron un fórceps que tampoco estaba disponible en el mismo quirófano y que hubo que ir a buscar a una sala a 50 metros de distancia. Entre tanto los familiares observaban asustados el ir y venir de sanitarios gritando por los pasillos. Desde el entorno de la afectada no tienen dudas de que ese día se produjeron negligencias médicas. En este sentido, señalan que «el problema quirúrgico sufrido por M.J.V. fue muy serio y provocó una situación de altísimo riesgo, que ha generado secuelas físicas y psicológicas, no solo a la madre sino también al bebé, que tendrán que ser valoradas para actuar en consecuencia». Un informe en poder de la madre reconoce el «sufrimiento fetal agudo».

En la Consejería de Sanidad no quisieron pronunciarse sobre el asunto. Silencio absoluto.

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