«Tememos que nuestra hija no sobreviva hasta su traslado»
Marta Ramos
Jueves, 2 de abril 2015, 01:00
La hija de Antonio y María Luisa lleva cinco meses ingresada en el Doctor Negrín por una patología digestiva a la que sus médicos no encuentran cura. Tras continuas crisis, el servicio de Digestivo del hospital solicitó hace casi un mes su traslado al hospital Vall d’Hebron de Barcelona, único centro de referencia para su proceso. Pero el traslado no llega y sus padres temen por su vida.
Las dolencias de estómago de Noelia, de 18 años, comenzaron desde que tenía diez. Hace tres años fue operada y desde entonces «empezaron los verdaderos problemas, hasta el punto en que en un año tuvimos que ir 17 veces a urgencias sin que nadie nos dijera exactamente qué tenía nuestra hija», relatan los padres.
En noviembre del año pasado Noelia ingresó en el hospital Doctor Negrín, donde se le realizaron numerosas pruebas que detectaron una vagotomía y una gastroparesia derivada, patologías para las que los médicos del servicio del Aparato Digestivo del hospital grancanario no han encontrado una solución efectiva. «Después de darle todo tipo de medicamentos y someterla a cientos de pruebas, nos dijeron que nuestra hija tenía que salir de ahí porque no sabían como solucionarlo porque se trata de un proceso infrecuente», aseguran Antonio y María Luisa.
Por ello, según relatan los padres, los facultativos del servicio del Aparato Digestivo solicitaron el traslado el 4 de marzo, que fue aceptado el día 19 por el Área de Salud de Gran Canaria y remitido al hospital, desde donde se debía enviar la solicitud al Vall d’Hebron. «El 23 de marzo llamé al hospital de Barcelona y me dijeron que no habían recibido ninguna orden de traslado desde Gran Canaria», asegura Antonio, que esa misma tarde fue a reclamar para que se enviaran los correspondientes informes y se efectuara el traslado.
Sin respuesta a sus reclamaciones, hasta ayer el Negrín se limitaba a alegar, añaden los padres, «cuestiones de burocracia y de presupuesto». «Nos dicen que estos procesos pueden durar hasta tres meses, pero es que tememos que nuestra hija no sobreviva, porque no puede comer más que un sólo caldo al día y con 18 años pesa 36 kilos», denuncia María Luisa, que dice que su familia atraviesa por un «sinvivir». Noelia sigue a la espera.