El Herbalife Gran Canaria de Luis Casimiro arranca hoy su andadura a toda pastilla, frente al Baskonia, en el Buesa Arena y con el primer título de la temporada en juego. Fuego real que no rehuyen unos jugadores ya acostumbrados a estos vuelos.
La Supercopa Endesa abre esta tarde un curso oficial que el Granca afronta sin vértigo y con hambre de desafíos. Atrás quedaron dos años dorados con Aíto al mando, época de hitos encadenados, finales nacionales e internacionales, y una consolidación del escudo a la altura de los mejores, amenazando la hegemonía de los de siempre.
Se fue García Reneses pero continúa esa vena competitiva. Oliver, Báez o Kuric son los mejores exponentes de ese núcleo duro capaz de reinventarse siempre, inagotables al desaliento y con fuelle eterno para dar réplica a cualquiera. Veteranos respetables a los que se ha unido sangre fresca, con incorporaciones de garantías y que fortalecen las líneas maestras del proyecto en ciernes. McCalebb no necesita presentación, Hendrix ya es conocido y de Planinic hay referencias suficientes por Vitoria, la primera estación de las cumbres por escalar.
Nombres al margen, Casimiro maneja un grupo heterogéneo y rico en recursos. Le faltan sus automatismos («defender fuerte y correr mucho», como apunta Berdi Pérez), pero la mentalidad indestructible viene de serie y ya ha empapado a los que estaban y a los que han llegado. Nadie ha venido de turismo aquí y sobrevuela el pálpito de que una nueva final es posible.
El Baskonia son palabras mayores, tipos como Bargnani imponen con su mera mención, pero, entre las bajas y la lenta carburación de Sito Alonso con su gente, las probabilidades de éxito para el amarillo se contemplan en muchos foros. Quizás no sería muy proporcional ponerle el traje de favorito al Herbalife. Más bien se trataría de un exceso. Pero, ya con el balón en el aire, hagan juego y esperen lo mejor. Porque aunque el ambiente vaya a ser hostil, con un pabellón remando en masa en favor del Baskonia, la equiparación de fuerzas, al menos en esta fase del calendario, invita a creer.
Del Granca nadie duda de su músculo y corazón. Imposible menos con Oliver y McCalebb a los mandos, Báez y Planinic por dentro y Salin o Kuric con la muñeca caliente desde lejos. Precisamente Kuric era motivo de preocupación por una gastroenteritis de última hora pero de la que se ha repuesto convenientemente. Pasecniks también evolucionó bien de las molestias de espalda. Incluso Aguilar, en la enfermería toda la pretemporada, se vestirá. «Y si tiene que jugar, que nadie lo dude», aseguran en el club.
Las certezas propias se unen a las incógnitas del anfitrión, que pierde a uno de sus hombres capitales como Beaubois, lesionado, y tampoco mantiene el suspense de Bargnani, que seguirá inédito y es baja confirmada también. Y el base Larkin, otra de sus estrellas, no tiene asegurada su presencia en la pista. Hasta última hora habrá que atender al parte vitoriano, ya con ilustres apellidos condenados a ver la función desde la grada.
Oportunidad o no, porque los que salgan en el adversario también tienen galones, el Herbalife debe ir a lo suyo. Todo lo que sea ida y vuelta, intensidad y piernas, aumentará las opciones de conquistar una plaza tan prestigiosa. Y con el premio mayor de sumar una nueva finalísima en la hoja de servicios de una generación de jugadores que, definitivamente, se ha ganado a pulso la opción de levantar al cielo un título, luego de las intentonas fallidas en la Eurocup ante el Khimki (abril de 2015) y la Copa del Rey con el Real Madrid (febrero pasado). Quizás, contengan la respiración, el destino le tenga reservado al Granca, en Vitoria, lo que le ha venido negando.
FICHA TÉCNICA.
BASKONIA: Larkin, Blazic, Hanga, Tillie y Diop --posible quinteto inicial--; Shengelia, Voigtmann, Sedekerskis, Luz y Cooney.
HERBALIFE GRAN CANARIA: McCalebb, Salin, Rabaseda, Báez y Hendrix --posible quinteto inicial--; Oliver, Planinic, Pasecniks, O'Neale, Paulí, Kuric y Aguilar.
CANCHA: Fernando Buesa Arena.
HORA: 18.00 - Movistar Deportes 1.
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