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María José Pallarés
Jueves, 16 de octubre 2014, 16:46
El embate del oleaje ha deteriorado el muro de contención de las salinas de Arinaga, que están siendo destrozadas por el callao que arrastra el mar. «Si no se restaura de inmediato no sé si aguantarán este invierno», dice el actual salinero, que alerta de que por la falta de vigilancia, los vándalos han vuelto a destrozar la Casa del Obispo.
El legado que labró en vida durante sus 80 años en las salinas de Arinaga Manuel Viera, fallecido en septiembre pasado, puede perderse si las administración es implicadas no hacen algo de inmediato. «O restauran el muro o esto desaparece», vaticina Roque Viera, hermano del salinero que dio cuerpo y vida con su trabajo y vigilancia a este entorno declarado Bien de Interés Cultural y legado del patrimonio de Canarias, pero que nadie vigila. Afirma que parte del muro está apunto de derrumbarse y que algunas de las salinas ya han sufrido destrozos por las piedras. «No se si aguantarán así».
Indica también que «los robos son continuos y los saqueos, igual». En estos momentos la imagen de la Casa del Obispo, antigua residencia de verano del religioso Verdugo, y restaurada en 2008 junto a todo el BIC, tiene destrozadas varias puertas en el exterior y en su interior, los vándalos han arrancado de cuajo los enchufes de la electricidad y también han causado destrozos en el baño y algunas salas.
La Autoridad Portuaria de Las Palmas fue titular de estas salinas hasta mayo pasado, fecha en las que cedió la titularidad a la Demarcación de Costas de Canarias, y con ello, se fue también la única vigilancia con la que contaban las salinas, pues «los policías portuarios hacían rondas y venían si los llamábamos», comenta Roque. Pero ahora nadie vigila esto salvo yo que estoy casi todo el día pero no por las noches», afirma Viera, que agrega que él también ha sido víctima de los robos con artículos del trabajo. El Ayuntamiento de Agüimes elevó hace escasas semanas en este medio una propuesta reclamando la titularidad municipal de las salinas, y con ello llevar a cabo la infinidad de proyectos que se han ideado para mantener a flote las salinas y el oficio de salinero.
Fuentes autorizadas de la Demarcación de Costas invitan al Ayuntamiento a formalizar por escrito su demanda y presentarla para así poder actuar. En primera instancia, aseguran que hay buena disposición para el diálogo.
Manuel Viera cuidó sin remuneración alguna y durante toda su vida estas salinas, de un tipo de las que solo existen tres en Canarias en explotación con Tenefé y Bocabarranco. El fallecimiento de Manuel Viera llega como un toque de atención y es ahora su hermano Roque quien alerta de un deterioro que aún tiene arreglo.
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