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«Sigo sin saber qué le pasó a mi hijo»

Viernes, 20 de marzo 2015, 00:00

Este jueves vivió un día muy duro. Ha pasado un año de la pérdida de su hijo Sebas en la tragedia aérea en la que un helicóptero Súper Puma del Servicio Aéreo de Rescate se precipitó al mar durante una práctica de evacuación nocturna mediante su izado en grúa desde el buque de la Armada Meteoro, a 37 millas náuticas, pero Sebastián Ruiz sigue en la lucha por saber «qué le pasó a mi hijo. Ha pasado un año y aún no lo sé», destaca.

Abatido, sacando fuerzas de donde no las hay, pero consciente de que su lucha es justa «porque no quiero que esto vuelva a suceder. No he tenido ayuda ninguna de los que verdaderamente me debían informar de lo sucedido, pero me he tenido que valer por mis propios medios para tratar de conseguir información, y cada vez que voy investigando más mi indignación es mayor. Seguiré hasta las últimas consecuencias», comenta.

«He sacado varias conclusiones de lo sucedido un año después. La primera es que eso nunca debió de haber ocurrido y fue una crónica de una tragedia anunciada. El Mando Aéreo de Canarias es el responsable último de todo lo que ocurre en el espacio aéreo y en la unidad. Su primera obligación es velar por la seguridad de los suyos y que éstos trabajen con todas las medidas de seguridad necesarias. La seguridad es lo primero. Mi hijo y sus compañeros son los primeros que arriesgarían sus vidas por salvar la de los demás, pero no se puede presumir de operatividad cuando está en juego vidas humanas. Afirmo que ese aparato no está preparado para la misión nocturna que realizaron y me baso en datos. Según la hoja de misión tipificada se reconoce que el Escuadrón está limitado para operar por la noche y que es prioritario tener referencias de costa. Esta maniobra se hizo a 37 millas náuticas, sin referencia de luces de costa, a oscuras, con una enorme peligrosidad. Además en esta maniobra de grúa sobre barco deben tener el apoyo de un avión para que con bengalas pueda el helicóptero tener una visión de lo que va a realizar. Pues bien, el mecanismo de lanzamiento de bengalas del avión no funcionó, y esto no son hipótesis. Está contrastado», sigue relatando Sebastián Ruiz.

«Pero hay muchas incógnitas por resolver. ¿Por qué se estrelló el helicóptero? Por una desubicación, por el fallo del sistema de bengala o por un fallo en el aparato. Nadie dice nada».

«Yo continuaré hasta que sepa qué le pasó a mi hijo. Si ahora mismo existiese un auxilio de un barco de noche la evacuación aérea la tendría que realizar el Helimer, ya que están dotados de todos los medios necesarios para operaciones nocturnas, ya que el SAR tendría que esperar al orto. Antes de la tragedia ya la unidad había tenido algún que otro susto en prácticas de noche. Y esto se sabía, pero no se hizo nada. Y una pregunta que me hago: ¿Por qué desde hace un tiempo el SAR de Mallorca dejó de hacer estas maniobras nocturnas? Por algo sería», apostilla.

Al margen de la tragedia, Sebastián Ruiz también quiere conocer detalles del rescate. «No me permiten ver las diligencias. Yo quiero ver esas imágenes. ¡Quiero! Menos mal que la Guardia Civil estaba presente y es la única versión real de lo ocurrido. Sé que al izar el helicóptero, el aparato golpeó contra el lateral del barco y el cuerpo de mi hijo se desprendió del arnés y cayó al mar. Los buzos de la Armada se lanzaron rápidamente, jugándose la vida, y pudieron rescatar el cuerpo».

Este jueves fue el Día del Padre, «una fecha que yo ya no celebraré en mi vida. Gran Canaria forma parte de mí, porque aquí mi hijo era feliz. Yo lloro cada día y cuando voy a ponerle flores a mi niño se me cae el mundo encima. Por eso seguiré luchando. Para saber qué ocurrió esa noche», manifiesta entre sollozos Sebastián Ruiz.

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