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Savané o el ídolo que nunca dejará de serlo

Savané o el ídolo que nunca dejará de serlo

Jueves, 1 de enero 1970

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Cuando a Savané le dijeron, allá por enero, que el rival en cuartos de Copa era el Granca, avisó: «Los amigos están para regalar unas cañas, no los partidos». Efectivamente, Sitapha no vino aquí a conceder un milímetro. Quería ser protagonista de un Joventut triunfal y a buena fe que lo consiguió. En pista siempre que el partido vivió sus fases calientes, el africano respondió. Aplaudido antes, durante y después por una afición que es suya, Savané fue más allá de los ocho puntos que reflejan las frías estadísticas. Para sus compañeros ejerció de muñeca fiable ya en el último cuarto, cuando cortaba el alambre y la eliminatoria se movía en parámetros mínimos. Finalizado el partido, correspondió con un brazo en alto los gritos con su nombre que recibió de los que aguantaron hasta el final.

No quiso hacer sangre y voló corriendo a los vestuarios. Conociendo su respeto sagrado por la lealtad, sabiendo que es un tipo agradecido y limpio, de los que van de frente llueva o truene, la de anoche pudo ser una de sus victorias más amargas. «Imposible que disfrute de una derrota del Granca», se oía en el Gran Canaria Arena en mitad de las maldiciones de los fieles amarillos. Ya en zona mixta, antes de sentarse frente a los micrófonos, se fundió en un sentido abrazo con Berdi Pérez. Algo se dijeron al oído.

«Ha sido un partido, no el más vistoso, pero con bastante tensión. Salieron con muchas ganas, pero en los momentos complicados no nos vinimos abajo y hemos sido capaces de sacar un partido difícil», analizó, antes de abrir su corazón para admitir lo que se intuía en su cara: «Es una victoria agridulce, es un objetivo perseguido durante bastante tiempo y conseguirlo contra este equipo es complicado. Desde el principio sabía que no saldría del todo contento, ni ganando ni perdiendo. A todos los del equipo que conozco son grandes profesionales y no creo que pensaran que lo tuvieran ganado. Han venido aquí y la presión cada vez estaba más de su lado».

Ya centrado en su escudo, ensalzó la armadura anímica y competitiva que ha permitido al Joventut progresar pese a los malos augurios: «A lo largo de la primera vuelta destacamos por superar contratiempos y pronósticos, quizá esas derrotas que tuvimos nos han motivado para lograr hoy esta victoria». Y, a continuación, aviso al Madrid, rival de hoy por jugar la final: «Mirando quien está en semifinales es para estar orgulloso. Hay un equipo que destaca por su presupuesto. Nadie pensaría que estuviéramos aquí».

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