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La reacción en cadena de la huelga en Iberia con epicentro en Madrid y Barcelona acabó provocando retrasos en la gran mayoría de los cerca de 300 vuelos que debían ser atendidos por los servicios en tierra de la compañía en Canarias. En torno a «dos horas de demoras de media» sufrieron, según los sindicatos, los 16 vuelos nacionales protegidos de Iberia previstos en Gran Canaria y Tenerife, y también los programados por Vueling e Iberia Express. Los vuelos chárter de Air Berlin, Norwegian, Finnair, SAS, Thomson Fly o Aer Lingus, que dependen de la plantilla del handling de Iberia, registraron también retrasos de «entre 45 minutos y una hora», según esas mismas fuentes sindicales.
Al cierre de la edición de este periódico se había confirmado la cancelación de un vuelo de Air Berlin que debía volar desde Gran Canaria a la capital alemana. Los afectados fueron trasladados de vuelta a su hotel, en el sur de la Isla. Además, miles de viajeros notaron los efectos del trabajo a reglamento, por ejemplo, a la hora de recoger su equipaje, un proceso que se dilató hasta las dos horas en Gran Canaria. A última hora de la tarde, al menos siete aviones con destino a varios países del norte de Europa se vieron obligados a despegar sin las maletas de sus viajeros, para evitar la suspensión de los vuelos.
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