Ramón Domínguez, el maestro de yudo de los policías
Domingo, 26 de febrero 2012, 21:25
Tuvo una infancia muy dura. De esas que si se hacía deporte, no se comía. A los ocho dejó su Mogán natal y vino a la capital. Huérfano a los 14 años, trabajó como chapista a la vez que hacía lucha canaria, en sus inicios, hasta que pasó al yudo. Deslumbró por la técnica en sus años y ahora es séptimo dan. Policía local, instruye desde hace años a sus colegas.
El buen ojo de los hermanos Coruña llevó a Ramón Domínguez al yudo, con éxito claro. Ganó títulos a la vez que se preparaba para policía local, cuerpo en el que entró a los 21 años. El trabajo, esencial para la familia, le apartó de las grandes competiciones pero aún así tuvo tiempo para demostrar su categoría. No solo como yudoka sino también como entrenador. Baste decir que fue el técnico de Aythami Ruano, olímpico y campeón de Europa.
Atrás queda como anécdota su frustrado fichaje por un club de Madrid, que le ofrecía «hasta 10 veces más de sueldo, aparte de casa y comida», evoca. El motivo era sencillo, «estaba enamorado, pero ahora sí me arrepiento de no irme». Su historial deportivo fue aprovechado por la Policía Local para convertirle en el instructor de los agentes. Empezó en 1977 y la primera promoción fue la de los ingleses (Gran Bretaña fue el destino del viaje de fin de curso). Y sigue.
También ha sido profesor de la Academia Canaria de seguridad. Entiende que si un policía interviene debe bastarle 30 segundos para resolver una situación, «de lo contrario, malo».
Entiende Domínguez que aunque las clases son voluntarias para los policías locales, muchos son los que acuden para prepararse en la defensa personal. Pero su afán didáctico no se queda ahí. Mediante un acuerdo con la Jefatura de Policía, también inicia en el yudo a los hijos de los agentes, no solo de la Policía Local, sino también de la Nacional y Guardia Civil. Es más, el maestro Domínguez, en lo que él llama «una instrucción policívica», también ha abierto el gimnasio de la Policía «a los niños del barrio».
A Ramón Domínguez se le ilumina el rostro cuando explica que algunos de esos niños que comenzaron a aprender yudo con él, hoy forman parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado. Sus alumnos, explica, tienen un sello característico que todos reconocen. «Ese yudoka es de Domínguez, del gimnasio de la Policía Local», señalan, «porque es más técnico que marrullero».
Lamenta que no se le preste más atención al yudo. «Acabarán por hacerlo un deporte marginal», explica, a pesar de Las Palmas cuenta con hasta 2.500 licencias. Piensa seguir con su labor «hasta que el cuerpo aguante» ya que siempre ha tenido el apoyo de los distintos jefes que ah tenido en la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, así como los políticos, que han considerado de gran interés la labor hecha».
Personajes clave en su vida
Agradecido. Ramón Domínguez habla casi con devoción de una seria de personajes que considera «muy importantes» en su vida. Señala entre ellos a los hermanos Coruña Melián, Andrés y Antonio, que lo convencieron cuando aún era un crío para que se pasara de la lucha canaria al judo por sus características.
La mili voluntaria. En su palmarés, Domínguez Díaz posee además dos títulos de campeón de España militar de yudo. La culpa la tuvo Jesús Telo Núñez. El conocido militar y amante excelso del deporte le explicó la conveniencia de que se apuntara al servicio militar de forma voluntaria bajo su tutela. Así pudo compaginar la mili y la práctica deportiva, con muy buenos resultados.
El gran maestro. No se olvida Domínguez de Amado Ramos, uno de sus maestros y auténtica institución del yudo. Recuerda que a sus 85 años aún da clases y posee el noveno dan.
Sus hijos. En los personajes importantes y claves en su vida personal y deportiva, Ramón Domínguez no podía olvidarse de sus cuatro hijos. Iballa, instructora nacional de yudo y cuarto dan; Samuel, del Goia de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, además de monitor con tercer dan. También su hija Famara es cinturón negro y primer dan. Queda María, auxiliar de farmacia pero ajena al deporte.