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Jueves, 1 de enero 1970
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El torbellino de Repsol en aguas canarias se configura ahora en torno a Marruecos, otro de los actores del contencioso. El vecino magrebí impone condiciones tan singulares en la partición de la mediana que la petrolera no podrá perforar sin la autorización en persona del rey Mohamed VI.
Marruecos no solo objeta el límite de separación náutica con Canarias, sino que impedirá que las plataformas de Repsol perforen el subsuelo marino sin su consentimiento, tal y como pretende la petrolera española dentro de dos años. De momento, l
a Administración de Rabat no ha expresado por escrito su reparo tajante a los planes de Repsol, pero fuentes institucionales consultadas por este periódico anticipan una «deriva» de las negociaciones si la compañía que preside Antonio Brufau insiste en fijar los 50 kilómetros de separación entre Canarias y las Islas.
Tras el encuentro de abril entre el monarca, Mohamed VI, y el presidente del Gobierno, Paulino Rivero, trascendió que la Casa Real estaría disgustada con el rumbo fijado por Repsol para situar las operaciones de extracción en un área que forma parte de la soberanía marroquí.
Marruecos entiende que la mediana diseñada por España no es la línea equidistante entre ambas orillas, sino que el recuento de millas náuticas comienza en la base de la plataforma oceánica, una tesis en la que ya se ha insistido pero que, ahora, con la revelación conocida por este periódico, tras la entrevista de Rivero con Mohamed VI, adquiere «un tono de relevancia a favor de la tesis del Gobierno regional», según las mismas fuentes.
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