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«Pienso ser muy feliz aquí»

«Pienso ser muy feliz aquí»

Viernes, 17 de julio 2020, 08:16

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«Pienso ser muy feliz aquí, me lo tengo ganado», dice Leonor Pérez tras pasar su primera noche en el bajo adaptado a la necesidades de su hijo Lolo, con parálisis cerebral y distrofia muscular, que el Gobierno de Canarias le ha cedido en Casablanca III. Atrás deja las dificultades de vivir en un tercero sin ascensor en Lomo El Chinche.

En medio de un buen número de cajas con todas sus pertenencias aún por desembalar. Así afrontaba la mañana de ayer Leonor Pérez tras pasar su primera noche en la casa del barrio de Casablanca III que el Gobierno de Canarias le ha cedido y que se adaptada a las necesidades de su hijo Lolo, aquejado de parálisis cerebral y distrofia muscular. «Hemos dormido bienísimo», explicaba quien ha dejado atrás las dificultades de vivir en un tercer piso sin ascensor en Lomo El Chinche.

Para hacerle más llevadera la tarea de organizar la casa tras la mudanza, su amiga Isabel no dudó en acudir a echarle una mano. Ella lo agradece pero dice que ésta es una tarea que asume con «ilusión» y que no le da pereza. «Esto no es nada, no tiene comparación con lo que sufrí durante once años», apunta al recordar que para poder acceder a la calle desde su anterior residencia debía cargar a su hijo sobre la espalda. «Yo hubiese estado ahora bien de mis huesos», lamenta.

Pero no quiere mirar atrás sino disfrutar del que va a ser su hogar, un bajo que reconoce «es un cambio importante» tanto para ella como para su hijo. Y es que, lejos de los 40 escalones que se convirtieron durante más de una década en su condena, la casa que ahora estrena tiene puertas amplias por las que pasa la silla de Lolo sin problemas, un baño que se ajusta a sus dificultades, y lo que es más importante, como se trata de una planta baja está a solo dos pasos de una rampa que conduce directamente a la calle.

«La verdad es que le hacía falta», apunta Isabel al referirse a la situación que ha atravesado su amiga durante tanto tiempo. «No sé cómo han tardado tanto, y es que lo de ella ha sido un abandono», añade sin dejar que la invada la tristeza, pues entiende que la vida ha cambiado para Leonor y Lolo, finalmente. «Ahora tiene que seguir adelante, pero lo va a hacer con más comodidad», añade mientras ayuda a Leonor a convertir su nueva casa en su nuevo hogar, poniendo un poco de orden.

Ambas mujeres trabajan duro para dejarlo todo listo mientras Lolo juega entre risas en su recién estrenada habitación con Sara, la hija pequeña de Isabel «que ha venido para que esté entretenido», comentan. Leonor afirma que su hijo seguirá tras las vacaciones acudiendo a un centro especializado de Telde de lunes a viernes, como hasta ahora. La diferencia es que no tendrá que dormir allí, sino que lo hará en casa. «Noto al niño más contento», indica.

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