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Panna & Pomodoro para rato

En italiano, panna es nata y pomodoro es tomate. En Fuerteventura, Panna & Pomodoro es símbolo de la evolución empresarial de Andrea Polato que de la franquicia inicial de pizzería ha dado en quince años un giro industrial al negocio de las pizzas, centrándose en la fabricación de masas precocinadas que distribuye en Canarias y Península Ibérica.

Domingo, 26 de julio 2015, 01:00

De la franquicia a la línea industrial, el empresario italiano Andrea Polato (Padua, 1967) ha pasado en unos 15 años. Eso sí, conservando el nombre del negocio original: Panna & Pomodoro, un poco por sonar bien, un poco por nostalgia.

Cuando se instala en Fuerteventura en 2001, Andrea lo hace en forma de bar-pizzería en la calle León y Castillo de Puerto del Rosario. Punto de venta como él lo llama. Elige el nombre de Panna & Pomodoro porque vendía helados (de cuyo uno de sus ingredientes, la nata, toma el nombre en italiano) y pizzas (ídem con el tomate). No lo hace entonces como una simple pizzería sino que convierte el negocio en una franquicia que se extendió con los años desde la capital majorera a Gran Tarajal, Corralejo y El Castillo en Fuerteventura. Fuera de Canarias, también a Gandía, en Valencia.

La elección de la franquicia se basó en que la consideraba el mejor medio de expansión económica en aquel momento ajeno a la crisis. Con la llegada de la temida y anunciada recesión, la fórmula dejó de funcionar porque «cuando la crisis llegó a la calle, lo primero que cayó fue el gasto fuera de los hogares y por tanto el negocio de la restauración a su vez disminuyó».

«Hay que insistir». Para ir a favor de los nuevos tiempos, Panna & Pomodoro se convirtió en 2005 en una línea de producción industrial de masas de pizzas precocinadas. El nombre del punto de venta solo resiste en el bar-pizzería original de la calle de León y Castillo.

En una nave industrial de El Matorral, Andrea Polato se instaló dando unos primeros pasos que fueron «muy duros, pero si se quiere hacer algo en esta vida, hay que insistir». Y el empresario italiano debió insistir y mucho porque ahora mismo reparte en toda Canarias y en la Península Ibérica a través de sus delegaciones en Madrid y Barcelona.

Su fórmula es sencilla y su producto único más: base precocinada de pizza con o sin tomate. En 2005, Andrea Polato se lanzó a la línea industrial con una plantilla de tres trabajadores «incluido yo» que ahora se han convertido en quince trabajadores.

Calzone, en septiembre. La masa precocinada de pizza de Panna & Pomodoro solo tiene harina, levadura y agua, «más el toque del maestro pizzero». El resto de los componentes lo añade cada consumidor al gusto. Este producto estrella de Polato pierde su condición de único a partir de septiembre de este año, cuando su empresa ponga a la venta el primer producto terminado: calzone, con un relleno del que no suelta prenda, pero si adelanta que será «un producto diferenciado en el mercado culinario español y que desde luego no he visto aquí». El saldo de Italia a Fuerteventura lo dio Polato con el comienzo del siglo. Como muchos otros, llegó a la Maxorata de vacaciones y «me encantó por ser un sitio ajeno del mundo, más hace quince años». Enamorado del sol y del mar, dijo adiós al «clima infausto» de Padua donde el sol desaparece en octubre para regresar en junio.

"Las cebollas de Tetir de mi amigo Tomás". Casado con Domitizia y padre de tres hijos, se declara un enamorado del queso majorero, las papas arrugadas, el gofio pero escaldado, el puchero y el pescado. También le gusta el aceite de oliva producido en Fuerteventura «y las cebollas de Tetir de mi amigo Tomás». ríe. Eso sí, en su cocina «no existe la mantequilla».

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