Pactos: Se complica la estabilidad tras el 20D
Todos saben que tras el 20D será necesario forjar alianzas para gobernar el país, pero nadie quiere enseñar sus cartas. Los candidatos evitan dar pistas sobre sus preferencias a la hora pactar y el rechazo cruzado entre partidos anticipa una legislatura de complicada estabilidad parlamentaria.
Rajoy es el único aspirante a La Moncloa que ha reconocido que si gana las elecciones como vaticinan las encuestas tendrá que sentarse con alguna otra fuerza política para intentar cerrar un acuerdo de gobernabilidad. El presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección ha apuntado además que prefiere una alianza para toda la legislatura que meros acuerdos puntuales, porque el objetivo es garantizar la estabilidad. Una estabilidad que de antemano no parece que vaya a ser fácil con un Parlamento que según todas las encuestas estará fragmentado en cuatro bloques y con los posibles pactos limitados por la falta de entendimiento entre partidos.
Aunque en las palabras de Rajoy se pueden leer como una clara invitación a Ciudadanos -su aliado más factible- para fraguar un pacto estable tras el 20D, el presidente ha matizado que hasta que no hablen las urnas, todos los partidos parten «del empate a cero» y apuesta por no adelantar acontecimientos. De hecho, a lo largo de la campaña el presidente apenas ha nombrado a la formación de Albert Rivera, a la que solo se ha referido como «experimento». Lejos de desvelar su estrategia, Rajoy insiste en advertir del riesgo de una alianza de izquierdas entre «PSOE, Podemos y algunos otros», porque a su juicio «no es lo que más le conviene a España».
El resto de los candidatos a Presidencia también se resisten a revelar sus cartas sobre posibles pactos y ni siquiera asumen oficialmente la posibilidad de dar su apoyo a otra fuerza, se limitan a enrocarse en el discurso de manual de que su objetivo es ganar para llevar la voz cantante.
En esta línea, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que se ha pasado toda la campaña pidiendo «un voto más» que Rajoy para poder desalojar al PP del poder, mantiene que aún puede ser primera fuerza, pero nunca ha llegado a descartar la opción de formar gobierno incluso quedando en segundo lugar. De hecho, ve posible pactar un programa común con Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida y PNV, siempre que se dejen fuera aquellos aspectos que los socialistas consideran líneas rojas, como el contrato único de la formación de Rivera o el referéndum de autodeterminación para Cataluña que lleva en su programa Pablo Iglesias.
Sin embargo, entre los barones del PSOE han surgido voces críticas con la disposición de Sánchez a forjar una alianza a varias bandas aunque no gane: el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, es contrario a un posible gobierno tripartito con Ciudadanos y Podemos, mientras que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, entiende que si el PSOE obtiene menos del 25% de los votos debería renunciar a La Moncloa y no intentar siquiera entrar en alguna de las alianzas posibles.