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Ni peralillo, ni africano

Lo que hasta ahora se conocía como peralillo africano, no es tal. Se trata de la Gymnosporia cryptopetala, especie nueva de arbusto que se refugia en los riscos inaccesibles de Fuerteventura y Lanzarote. Del nuevo endemismo apenas logran sobrevivir unos 20 ejemplares.

Jueves, 1 de enero 1970

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Los botánicos Arnoldo Santos y Alfredo Reyes, adscritos a la unidad de Botánica Aplicada del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), en Tenerife, publicaron el pasado mes de diciembre en la prestigiosa revista botánica Candollea la descripción de una planta nueva para la ciencia. Se trata de un arbusto o pequeño árbol que crece exclusivamente en Lanzarote y Fuerteventura, y del que se conocen menos de 20 ejemplares, por lo que se encuentra en grave peligro de extinción. En realidad, su presencia era conocida desde los años 1980, cuando el naturalista Günther Kunkel dio a conocer su hallazgo en Lanzarote. Poco después Arnoldo Santos y Manuel Fernández lo encontraron también en Fuerteventura. No obstante, se consideraba entonces que se trataba del peralillo africano (Gymnosporia senegalensis), que crece en los parajes áridos del norte y del sur de este continente y también en algunos lugares de la costa mediterránea española. Fue sólo tras un minucioso estudio de ejemplares cultivados en el Jardín Botánico de Puerto de la Cruz, en Tenerife, cuando los investigadores se percataron de que en realidad estaban ante otra especie diferente, aún no descrita. La bautizaron con el nombre científico de Gymnosporia cryptopetala. Puede llegar a medir 1,5 y 2 metros de altura y tiene ramas espinosas y hojas de tamaño y forma algo variable. Sus diminutas flores, que sólo miden 3 milímetros de diámetro, son amarillentas y forman grupos a lo largo de las ramitas.  

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