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Mostazas en enero, violetas en febrero, pajitos en marzo

Mostazas en enero, violetas en febrero, pajitos en marzo

Las mostazas y los ajopés tapizaron la faz de Fuerteventura en enero de amarillo que, en febrero, viró a violeta con el alhelí canario para marzo arrancar inundado del blanco y azafrán de los pajitos. Son algunas de las flores y plantas silvestres de la primavera majorera que se hizo esperar cuatro largos años sin lluvias.

Jueves, 1 de enero 1970

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A Fuerteventura, hay que venderla verde es un dicho popular que sonaba en los siglos XIX y XX mirando para un cielo sin rastro de lluvia. Pues bien, ha llegado el momento de hacerlo a la vista de la primavera adelantada que se hizo rogar durante cuatro años de sequía.

Las lluvias de este invierno cayeron abundantes y tempranas a finales de noviembre y principios de diciembre, pero lo hicieron muy juntas y luego faltaron lluvias de mantenimiento. Aún así, confirma Stephan Scholz, director del jardín botánico de Fuerteventura que se localiza en el Oasis Park de La Lajita, se puede considerar un año bueno. «Han salido plantas anuales que en los últimos cuatro años, secos, no se veían en esa cantidad» El último invierno húmedo hay que ir a buscarlo al 2010-2011, y todavía más atrás al 2005-2006.

El primer rubor del verde, que pronto se convirtió en esplendor general, fue en enero el de las grandes praderas de mostaza, ajopés y otras flores amarillas que son típicas de los años lluviosos.

También son muy características de años húmedos las grandes extensiones de alhelí canario en laderas de montaña, preferentemente orientadas al sur, pero también otras orientaciones. «Dan un color violeta al paisaje, por lo que los habitantes de Jandía los llaman violeta», según este botánico. Lucen en Jandía en la zona baja de los barrancos de Los Canarios, Mal Nombre, Escobones, Jorós y otros, así como en los tableros próximos a Playa de Juan Gómez y en las llanuras del extremo oeste cerca del faro de Jandía. finales de febrero ya la mayoría de los alhelíes ya se han secado».

Cuando ya a finales del invierno los días son más largos, poco a poco van apareciendo otras plantas más necesitadas de temperaturas suaves en los sitios que antes ocupaban las praderas de mostazas y alhelíes, como en bordes de carretera, gavias, etc.

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