Monedero: "El sistema electoral canario es heredero del franquismo"
El politólogo y cofundador de Podemos abrió la comisión de estudio sobre la reforma electoral de las Islas con un discurso crítico con el «cinísmo democrático» que se da en Coalición Canaria.
Podemos le incluyó en la comisión de estudio sobre el sistema electoral canario, ¿qué ha venido a contar?
He querido plantear que los sistemas electorales nunca son inocentes. Siempre expresan una voluntad de construir políticas, de una forma o de otra, y siempre expresan la correlación de fuerzas. El canario es muy deudor de como se hicieron las cosas durante la transición. Igual que nos acostamos franquistas y nos levantamos demócratas, con la ley para la reforma política que es la última ley franquista, y es la que diseña el sistema electoral que después pasa a la Constitución. Ahí vienen planteados una serie de elementos que siguen vigentes a día de hoy, planteados por Óscar Alzaga, que fue diputado del PP y uno de los redactores de la ley, que decía que había un mandato político de cómo hacer para convertir en mayorías el 37 o 38% de los votos, que son los que tenía el PP en las zonas rurales. Y hacen un diseño para lograrlo.
¿Cómo se traduce eso en la arquitectura electoral de las Islas?
Convirtiendo la insularidad, que era un elemento real de la identidad canaria, en clientelismo caciquil. En controlar las islas con el argumento de defender los intereses isleños. Construyeron su propia Matrix para convertirse en los salvadores de la insularidad. Pero eso es mentira. Si uno ve el desarrollo de las islas no capitalinas ve que solo ha servido para que los caciques sigan siendo caciques. En vez de convertir a este sistema en democratizador lo han convertido en un freno. Y eso también ha significado que Canarias no se haya integrado.
¿A qué se refiere?
A que la manera que tiene Canarias, como conjunto, de insertarse en la globalización o ser más escuchada en el Estado desaparece porque todo funciona con la lógica clientelar de los diferentes territorios. Hay un elemento muy sutil, en el que los diferentes territorios utilizan el chantaje, como hacían el PNV o CiU cuando negociaban con el PP y este les necesitaba para sacar mayorías absolutas y hacían uso de su identidad solo en esos momentos. En vez de hacer pedagogía del compromiso del Estado con las identidades de un país plurinacional se veía un chantaje de los vascos y catalanes que no ayudaba en nada. Esta concepción caciquil, heredera del franquismo, en vez de defender las necesidades que tienen las islas pequeñas por su situación se convierte en una situación de chantaje y amenazas.
¿Coincide con los que dicen que el sistema electoral de las Islas es el menos democrático que existe?
Miras textos académicos y no es retórico, el más desigual es Tanzania y luego Canarias. Por eso es relevante entender que es un diseño, en el que prima más el deseo de unos sectores de mantener el poder. En el canario hay elementos inexplicables como la doble barrera, que genera algo muy perverso, que es que los que están a gusto con él no muevan un dedo para cambiarlo. Solo sirve para mantener a Canarias en un lugar más modesto del que le corresponde.
Dicho esto, ¿ve a Coalición Canaria por la labor de modificarlo?
Eso tiene que llegar por la vía de la presión popular, no hay otra. A ellos les va bien, no lo van a cambiar. La ciudadanía debe darse cuenta de que le están restringiendo su ámbito para escoger. Esto es como lo del voto útil. Si uno ve que a Ciudadanos 55.000 votos no le sirven para nada se tapa la nariz y vota a lo que se le asemeje. Y eso estanca las aguas de las democracias y no las regenera.
¿Cómo valora que en las Islas gobierne en solitario el tercer partido en votos en las urnas?
Genera mucho cinismo democrático. Luego nos extrañamos de los Trump o la extrema derecha. Estos compartimientos son contrarios a las virtudes colectivas. Cuando hay una quiebra tan patente de los principios democráticos estás lanzando el mensaje de que los valores son secundarios, lo relevante es ganar. Tenemos una esfera pública muy débil. Cualquiera puede apropiarse de ella.