Michael Bramos mitiga el sufrimiento

Se resistió el Joventut de Salva Maldonado, el extécnico amarillo que volvió a disfrutar de una ovación de lujo antes del encuentro, a doblar las rodillas en el Centro Insular. El miedo a perder, ese que da el verse en la parte baja de la clasificación y que ayer compartían ambos equipos, se transformó en nervios, imprecisiones y mucha igualdad en un partido sin brillo pero sobrado de emoción.

Le ganó la partida Martínez a Maldonado, amigos y con libros de estilos bastantes similares, esta vez en la prórroga. Se dieron golpes sus equipos una y otra vez, alternándose parciales a favor que forzaron cinco minutos extras inevitables por el equilibrio en los 40 minutos.

Solo ahí sí que fue mejor un Granca que contó por entonces con la mejor versión de Bramos, más poder reboteador, y el aliento de su bombonera. Demasiado para un Joventut valiente y que tuvo sus opciones de ganar en el CID, pero que fue superado ayer por el empuje de una escuadra amarilla con mucho margen de mejoría y con la identidad intacta a pesar de su proceso de reestructuración.

Mando visitante. Con implicación colectiva y aprovechando los errores ofensivos de los amarillos, la escuadra de Maldonado comenzó muy cómoda en el CID (7-12, a 3:40 para sellar el primer parcial). El Granca alternaba aciertos con errores, con un Palacios tan activo como revolucionado en sus acciones ofensivas (12-17, a 1:42).

Con Eyenga y Norel en la pista, Maldonado encontró el equilibrio perfecto para llevarse el primer parcial (14-19) ante un Gran Canaria que funcionaba a tirones.

Pero todo cambió en solo dos minutos. Liderado por el acierto y la garra de Bramos (dos triples seguidos), el Granca remontó con un parcial de 10-0 que despertó a los amarillos y, de paso, a la bombonera.

Fueron los mejores minutos locales. Martínez y Nelson se unieron a la fiesta anotadora y los isleños tomaron el mando escudados por su mejoría en defensa (28-23, a 5 minutos para el descanso).

Tiró entonces del dúo Báez/Eyenga para igualar de nuevo las fuerzas (28-27). Y fue incluso a más el Joventut. Tomó de nuevo el mando con un 0-11 de parcial (28-32) y se marchó a los vestuarios con mínima ventaja (33-34) en un duelo sin dueño ni control.

En la vuelta a escena, Gran Canaria y Joventut soltaron sus muñecas. Los mejores minutos de Juan Palacios espolearon a los claretianos (44-40, a 4:27 para sellar el parcial), pero isleños y catalanes se presentaron en el último cuarto igualados en un duelo con pronóstico incierto (51-49). El balón quemó más de lo habitual por entonces. En esos momentos decisivos apareció Olivert para tirar de veteranía y adelantar a los suyos (51-56, a 5:20 para el final), pero tras un triple de Tomás Bellas (sus primeros puntos del partido) y con 4:47 por jugarse, todo volvió a equilibrarse (56-56).

Y entonces, apareció Bramos. Apretó la bombonera para auxiliar a los suyos, y aunque Pooh Jeter puso en bandeja la victoria visitante con un triple (60-62 y 59 segundos por disputarse), Bramos forzó la prórroga en una recta final marcada por los continuos errores, incluido un último lanzamiento de Beirán sobre la bocina que no entró por poco y que obligaba a cinco minutos más de sufrimiento en el CID.

En el tiempo extra, el descaro, acierto y sobre todo liderazgo de Michael Bramos decidió el triunfo para los claretianos. Con 7 puntos suyos y un parcial 8-3, los amarillos mandaban 71-65 a solo dos minutos para el final. Un triple de Nelson, una técnica a Eyenga y el acierto desde la línea de tiros libres terminaron por decantar un sufrido triunfo local en el Centro Insular que vale su peso en oro (77-71).