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- ¿Qué balance hace del año que acaba de terminar y qué previsiones manejan los empresarios para 2016?
- 2015 ha superado todas las expectativas tanto en crecimiento económico como en generación de empleo. Además, la buena noticia es que se ha consolidado ese crecimiento en base a inversión privada, consumo privado y exportaciones, así que se puede sostener en el tiempo. Para 2016, estando aprobados los Presupuestos del Estado, podemos contar con un año estable desde el punto de vista económico en que será difícil truncar el crecimiento. Sólo una pésima gestión política podría llevar a truncarlo.
-¿Qué previsión de crecimiento hay para la economía canaria en 2016 después de cerrar el 2015 con un alza superior al 3%?
- Las perspectivas son estar en torno al 3%. Este año no estaremos como en 2015 a la cabeza del Estado por las limitaciones al crecimiento impuestas a la economìa por decisión política de la propia comunidad autónoma. En Canarias se está limitando el crecimiento frente a otras regiones que tienen un marco legal que les permite ampliar su actividad. Este no es el caso de Canarias. Aunque aquí gracias a la buena marcha de algunos sectores hemos logrado devolver al empleo al nivel precrisis, como en el turismo.
- ¿Es la moratoria la razón por la que el crecimiento no será mayor en 2016?
- Es difícil tener este año más ocupación que en 2015. Lo único que podremos hacer es mejorar los precios. Sí confiamos es en un cambio normativo a corto plazo. Tenemos el compromiso preelectoral del presidente del Gobierno de que se hará con agilidad y ha demostrado que es un hombre de palabra.
-¿Cuántas camas más son necesarias ante las previsiones turísticas de los próximos años?
- Sería suficiente con atender lo que recogen los planes insulares. Sería suficiente con permitir los niveles de crecimiento de los planeamientos. Nosotros queremos volver a la legislación básica que había antes de la moratoria, que ya era dura. No queremos un estado de excepción en el que se puede hacer todo, sino un marco normativo similar al que tienen otros destinos competidores.
-¿Qué quieren los empresarios? ¿Dejar crecer según la demanda?
- Según el planeamiento. La moratoria es algo excepcional. De tener sentido, que nunca lo tuvo, es si se impone de forma coyuntural en un momento determinado en el que esté muy caliente el mercado y un gobierno de carácter intervencionista decide imponerla pero es un disparate que se haya mantenido durante casi 15 años. La moratoria y las leyes que acompañan es el resultado de una incapacidad de gestión del crecimiento. Como no supieron hacerlo de otra manera pararon y han dañado a la sociedad canaria.
- Aunque ahora se flexibilice la moratoria y se permitan nuevas camas, éstas tardarán en llegar al mercado. Para entonces igual que la demanda turística ha caído y no hay manera de llenarlas.
- Ese es el problema de intervenir un mercado, que siempre vas a contramercado. De todas formas, las expectativas para el sector turístico son espléndidas para los próximos diez años, así que estamos a tiempo de llegar. No vamos a entrar a valorar si hubiera habido otra política hace diez años. Es probable que hoy estaríamos cerca del pleno empleo y de poder reducir impuestos por más actividad económica... Pero tenemos que gestionar lo que tenemos.
-Imagino que esas buenas perspectivas se apoyan en la inestabilidad de otros mercados competidores.
- Sería deseable que no existiera esa inestabilidad pero la realidad hoy es diferente. Hay mercados que se han cerrado, otros se están cerrando, así que el negocio turístico debe crecer para atender la demanda.
- Y cuando no es la moratoria es una norma cruzada y cuando no, un competidor que pone trabas, como con el proyecto de ocio de El Veril de la familia Kiessling, pero siempre hay algo que frena la inversión en Canarias.
- Canarias espanta con este tipo de cosas. Parece que ofrecemos un destino que no es seguro para el inversor. La CCE apoya el proyecto de la familia Kiessling. Es estratégico para toda la Isla y esperamos actuaciones rápidas de las administraciones públicas para convencer a los juzgados de la necesidad de desbloquear un proyecto parado por una empresa que busca alargar su monopolio.
-Es un caso similar al del hotel de Riu Oasis y Lopesan.
- El ordenamiento jurídico debe analizar si se cumplen las normas. La seguridad jurídica es básica. Ahí no puede entrar un empresario.
-Pero en estos casos lo que se genera precisamente es inseguridad jurídica.
- Cuando haya sentencia habrá seguridad jurídica. En cualquier caso, Canarias es un lugar complicado para invertir. Lo es para el inversor local más para el extranjero y eso es malo para un sector tan internacional como es el turístico.
-Y cada legislatura que empieza la cosa empeora...
- Hasta ahora ha ido empeorando porque hemos acumulado norma sobre norma. Y además la gestión del sector ha estado en manos de las tecnoestructuras, que pueden tener mucho conocimiento técnico y legal pero del negocio poco saben. De ahí el recurso a lo fácil que es pararlo todo.
- Ahora el presidente es Fernando Clavijo. Ha dicho que tienen buenas expectativas ¿Son fruto de lo que ha hecho en estos meses de gobierno?
- Es difícil encontrar tantos éxitos en la gestión de un presidente del Gobierno en tan poco tiempo. Ha sabido gestionar con habilidad sus primeros meses y ese cambio radical en las formas de relacionarse con el Gobierno de España y los agentes económicos y sociales le ha llevado a alcanzar de forma rápida acuerdos muy importantes para Canarias, como el Ref o el ITE. Ha sabido también transmitir a la sociedad el sentido de su gobierno, la importancia de la actividad económica en una región. Se percibe como más cultura del esfuerzo, del trabajo, los valores del emprendimiento y la formación. Si se mantiene este discurso en la legislatura será muy positivo para la comunidad autónoma. Habíamos entrado en deriva en que parecía que la actividad económica era un mal necesario para la sociedad, que queríamos ser una sociedad subvencionada. Y eso es malo.
-Con esta visión, de Paulino Riverno ni se acuerda ya.
-Los que escriban la historia serán los que lo valoren. Aunque, desde el punto de vista de gestión económica, fue muy mala. Fue una época, sobre todo al final, en la que se gestionó mal. Se radicalizó el discurso, se buscó el enfrentamiento entre islas, entre la sociedad y hemos sido rápidos en reconducir el rumbo de la política canaria.
- Da la impresión de que cree que si el pulso soberanista de Cataluña hubiera coincidido en su etapa quizás lo hubiera apoyado.
- No lo creo. Canarias siempre ha sido responsable y nunca ha cuestionado la defensa de la Constitución Española. Siempre le escuché un profundo respeto a los valores constitucionales pero sí es verdad que la gestión política basada en el enfrentamiento de su última etapa podría haber llevado a derivas no deseables.
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