Los vecinos de Costa Jardín se juegan la vida como peatones
Los vecinos de la Urbanización Costa Jardín, en Melenara, viven con el susto en el cuerpo. Sus casas se levantan es una isla entre kilómetros de asfalto y coches. Y sus únicos enlaces peatonales con el mundo son un paso elevado y otro de cebra. Pero no les sirven. Casi nadie los usa. Niños y mayores se juegan el tipo cada día. No son operativos porque les mandan a tierra de nadie. El paso de cebra les deja en la acera del vial costero que da hacia Playa del Hombre, y el otro, el paso elevado, desemboca en la parte que da a Taliarte. Pero los flujos de comunicación peatonal de Costa Jardín y de los barrios colindantes son otros. Por ejemplo, no hay pasos habilitados para los caminantes que van o vienen de la playa, que son muy numerosos, o para los que cruzan la carretera de Melenara. Los vecinos calculan que harían falta cinco pasos de peatones para reducir los riesgos de atropellos. Cristina Fernández vive en Costa Jardín y es una vecina más de la urbanización que, sin embargo, hace un año se hartó de sentir que su vida, la de sus hijos y la de, por ejemplo, decenas de escolares que van al colegio Príncipe de Asturias, penden de un hilo cada vez que tienen que sortear los coches para salir de la isla en la que quedaron metidos el colegio y la urbanización. En noviembre de 2015 presentó un primer escrito en el Ayuntamiento solicitando que se pusiese fin al menos a los puntos críticos. Les aconsejaba incluso las acciones prioritarias, pero nadie le ha hecho caso. No ha recibido siquiera una respuesta. Ni tampoco se le ha encargado un informe a la Policía Local. De Tráfico la mandaron a Obras Públicas y de Obras Públicas a Tráfico. «Se escudan en que no hay dinero, ¿pero cómo no va a haber para una lata de pintura cuando lo que está en juego son vidas humanas?». Se reunió con el jefe de servicio de Tráfico y nada. Con el edil, con Juan Martel, se vio en mayo. «Me pidió dos semanas y sigo esperando». Solo le respondió el de Obras, Alejandro Ramos, pero le dejó claro que depende de Tráfico. Mientras, la muerte les acecha en la carretera.
