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Los recelos de don Paulino

Lorenzo Olarte Cullen / Candidato a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria por el CCN

Jueves, 1 de enero 1970

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Hay gente que no tiene remedio. Como don Paulino Rivero, presidente de Coalición Canaria. Y no lo digo porque reúna en una sola mano todos los cargos habidos y por haber, ya que es presidente de CC, Alcalde del Sauzal, diputado del Grupo Parlamentario de CC en el Congreso de los Diputados, su portavoz y no sé cuantas cosas mas. ¡Y todo eso junto, según dice Zerolo, es capaz de hacerlo a la perfección! Acaso por arte de magia. Posiblemente por ello, aunque a escondidas y en voz baja, sus correligionarios áticos le llaman cariñosamente mago, aunque creo que no merece tal calificativo ya que si de verdad lo fuera podría convertir las cosas que dice, auténticas perlas, en esas gemas preciosas del mismo nombre que se forman en las ostras. Con lo que podría regalar en Reyes a su esposa un magnífico collar ahorrándose de tal suerte los muchos euros con que merecidamente le obsequia -estoy seguro que merecidamente- cada año.

Escribo esto a propósito de sus últimas declaraciones acusando al ministro de Justicia, el grancanario López Aguilar, de pretender aprovecharse de la imagen de SSMM los Reyes de España en su próximo viaje a Canarias, para hacer su campaña electoral ante las elecciones autonómicas donde, por cierto, pronostico desde ahora que aunque los socialistas no las culminen muy exitosamente -ya que quedarán muy lejos de la mayoría absoluta- a los coalicioneros les darán un repaso de aquí te espero. Y como al parecer en ATI se habla del candidato pauliano para echar a Adán de su Paraíso, de ahí los temores del interfecto ante la nueva visita a Tenerife del inteligente ministro canarión.

Siempre que se mezcla a la Zarzuela con los monclovitas u otros políticos, además de hacerse gala de un pésimo gusto se suele fallar en el tiro. Al igual que Don Paulino, quien lleva mas tiempo de la cuenta sin dar una en el clavo. Como me sucedió a mí hace unos años, cuando por mi gloriosa falta de vista encumbré a algunos de sus amigotes de triste recuerdo. Menos mal que ahora, tras haberme operado exitosamente de la retinopatía que padecía, seguro que en el futuro tendré más afinado aquel sentido.

Con una memoria de mosquito -que son unos bichitos que también vuelan a ras del suelo y que aunque les des un manotazo vuelven siempre a la carga testarudos e impertérritos, como hematófagos que son, con la intención de chuparte la sangre con ese zumbido tan antipático y molesto- el Presidente de Coalición Canaria acaba de pontificar que no existe precedente alguno en virtud del cual un ministro de Justicia haya acompañado jamás a Sus Majestades a ningún territorio, recordando erróneamente que siempre han ido el ministro de Asuntos Exteriores o el de Administraciones Públicas, cosa, como digo, absolutamente incierta. Y si no, que le pregunten a mi amigo Andrés Chaves que en un reciente artículo recuerda a Romanones, aunque coincida con la recriminación pauliana.

Y lo que es peor: acusa al ministro de dar una lección carente de ética por intentar aprovecharse de la imagen de los Reyes -de la cual Rivero, aunque quiera, jamás podrá llegar a aprovecharse- lo que constituye no solo una arriesgada y personal valoración de una intención ajena y desconocida que no tiene derecho a presumir para convertirla en realidad, por mucho arte de magia de que disponga. El jerifalte de El Sauzal y aspirante a serlo de Canarias entera, que tantas lecciones dio hasta que tiró a la basura la tiza que tanto aborrece, jamás acepta que nadie dé lecciones de nada a nadie porque al parecer eso constituye una especie de monopolio de quien en su época de maestro dio tantas que, acaso por ello cansado de la actividad docente, decidió pasarse a la Política para recibirlas.

La acusación de falta de ética contra el ministro se repite hasta cuatro veces en unas brevísimas declaraciones de tan solo media docena de líneas hechas por el ático a EFE descalificando a su posible contrincante canarión. Y ahí es donde le duele.

¡Que Dios me coja confesado y me perdone si algún día en un ataque de locura decido cambiar la chaqueta y convertirme en sociata ! Creo que no soy sospechoso de tales veleidades. Pero ¿qué quiere que le diga? En mi opinión Zapatero ha hecho muy bien designando al único canario de su Gobierno para que venga como ministro de jornada ya que, entre otras cosas, si los Reyes requieren alguna explicación sobre algo atinente a nuestra tierra, con toda seguridad la dará con mayor conocimiento de causa que un ministro foráneo. Pero mire usted por donde, amable lector que me soporta con paciencia bíblica, aunque en muchas ocasiones suelo estar bastante de acuerdo con ese gran periodista que es Andrés Chaves, sin embargo hoy discrepo abiertamente de él por lo que atañe a su preocupación de que López de Aguilar pueda minimizar la figura del presidente, Adán Martín, lo que resulta imposible ya que éste en lo que va de Legislatura lleva minimizándose a sí mismo permanentemente.

Con toda seguridad que a don Paulino le sentarán más mal que bien mis consideraciones. Si es así, lo lamento. Que me lo diga y procuraré no reincidir. Y hasta diré, si me lo pide, que es un gran parlamentario. Lo que quiera, con tal de obtener su indulgencia. Porque, aunque crea lo contrario, no le tengo ojeriza alguna pese a un plantón que me dio en cierta ocasión -cuando aun no se me había ocurrido la felicísima idea de abandonar la Coalición Canaria de mis pecados que con otros tuve el gran error de fundar- en que por razón de tal plantón se abortó un encuentro acordado entre ambos «para acercar posiciones», como tantas veces se dice y ocurre en política, por lo que hube de trasladarme infructuosamente a la llamada Capital del Reino donde tantas cosas nos consigue cada semana a todos los canarios -canariones incluidos - el ínclito don Paulino.

Alguna vez algún periodista me ha preguntado las razones por las que yo creo no caerle bien al ilustre coalicionero. Sinceramente, no lo entiendo porque nunca le he faltado. Ni le he llamado mago, como sus correligionarios áticos mas ilustres, ni le llamo mosquito en este modesto artículo, aunque algún malpensado quiera intuirlo. Entre otras cosas porque con el nombre de mosquito se designan a diversos insectos dípteros, frecuentes transmisores de enfermedades infecciosas. Y obviamente por mucho que tratase de convencerme para recuperar en Gran Canaria el centrismo desahuciado de su Coalición Canaria del alma, jamás lo conseguiría. Por fortuna estoy inmunizado contra cualquier tentación coalicionera, o lo que es lo mismo, ática. Los mosquitos, por otra parte, todos sabemos desde el Colegio que son de corta vida. Al contrario que don Paulino, que lleva ya la tira de años -mas de la cuenta- politiqueando. Y los que le quedan, para desgracia de Coalición y fortuna de sus adversarios. ¡Larga vida política, pues, le deseo a usted, admirado Don Paulino....!

En definitiva, como antes decía, no sé por que razón le caigo mal al señor Rivero. Pero debe ser así. Porque, como tantas veces he ducho y seguiré diciendo, de todos los maestros que conozco es el único que nunca me ha dado las gracias por lo de la homologación. Acaso porque su partido, ATI, nunca estuvo conforme con la misma.

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