Los peritos estudian si se infló el coste de la cocina de Los Jameos

La querella interpuesta por el anterior consejo de administración de los Centros de Arte Cultura y Turismo ante el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Arrecife, contra el exconsejero delegado de la empresa, Carlos Espino, no está parada.

Al contrario, la causa está a la espera de que un perito aporte el estudio encargado para determinar si realmente se pagaron precios por los elementos de la cocina de Los Jameos del Agua muy por encima de mercado.

El informe solicitado forma parte de las diligencias ordenadas por el Juzgado para determinar si el precio pagado finalmente por la empresa pública a la empresa suministradora Climafrical S.L, superó entre un 20 y un 40% el coste real de la cocina y sus elementos.

La denuncia presentada contra Espino sostiene que el exconsejero adjudicó a la citada empresa la compra e instalación de la cocina con todos sus elementos, por 224.450 euros, pese a existir dos ofertas más económicas. También sostiene, con declaraciones de técnicos de los Centros Turísticos, que la cocina podía haberse adquirido por 130.000 euros, tras comparar los elementos instalados con otros idénticos y de la misma marca. Además, a los 2284.450 euros presupuestados, los Centros pagaron a otras empresas del mismo propietario 377.552 euros por obras.

Precios hasta un 40% más caros

l juzgado está a la espera del informe encargado a un economista y un ingeniero industrial, nombrados judicialmente, para que comprueben todas las facturas presentadas por las entidades que participaron tanto en las obras de instalación como las que aportaron los elementos de la cocina. Entre ellas figuran tres empresas del mismo dueño, Climafrical, Instalaciones y Promociones Govi S.L. e Instalaciones Castillo del Berrugo. Todas ellas del mismo propietario. La primera aportó los elementos de la cocina y las otras dos hicieron obras por valor de 377.000 euros, no presupuestadas, ni adjudicadas por concurso.

El informe intenta determinar si los precios presentados en las facturas eran correctos, o por el contrario, las mismas estaban infladas.

En la denuncia en concreto se señalan ejemplos de elementos, como un lavavajillas que costaba en el mercado 3.500 euros se pagaron 7.983; por un estante de Botaagua y peto, con un precio de mercado de 581 euros se pagaron 2.870 o por una cortadora de fiambre de 1.840 euros, se pagaron 3.268.