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Jueves, 1 de enero 1970
Al menos dos de las defensas de los acusados en el caso Calero, que este jueves quedó visto para sentencia, reprocharon al fiscal José Antonio Blanco que no justificase durante la vista oral por qué, sin que se haya practicado prueba nueva alguna, haya pasado de pedir el archivo de la causa a formular acusación.
La Audiencia Provincial concluyó ayer la vista oral del caso Calero, que habrá de juzgar si el exjefe de Urbanismo, José Luis Mena, el empresario Félix Machín, y el topógrafo municipal, Juan Fermín Peñate, cooperaron para saltarse procedimientos administrativos en la reparcelación de la unidad de actuación Calero Alto 2, donde se iban a construir 76 viviendas, dejando fuera en 2004 a uno de los propietarios del suelo, que es el que denunció. Se investigan supuestos delitos de prevaricación y falsedad.
Las defensas, en sus informes finales, negaron la mayor, pero dos de ellas pusieron sobre la mesa el cambio de postura del fiscal respecto a este caso. José Antonio Choclán, letrado de Machín, le preguntó qué elemento nuevo había visto. Y Teresa Campanario, abogada de Mena, insistió. «Los mismos argumentos que le sirvieron para el sobreseimiento de la causa los usa ahora, sin pruebas nuevas, para acusar».
Ambos recordaron que cuando inicialmente se ordenó el archivo de esta causa, en agosto de 2014, fue a petición, entre otros, del mismo fiscal, lo que le llevó ayer a Choclán a resumir que la Sala decidirá ahora sobre la «imputación residual» de un caso que arrancó de la «actitud inquisitiva de un juzgado inducida por un error de un funcionario y el exceso de celo de un policía con manifiesta animadversión» hacia su cliente.
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