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Europa Press
Lunes, 4 de julio 2016, 16:26
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Aunque la terapia inmune ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, especialmente de pulmón y melanoma, los tumores del páncreas siguen siendo uno de los más difíciles de tratar y, hasta ahora, son impermeables a las terapias basadas en la inmunidad. Un nuevo estudio en ratones ha demostrado que la inmunoterapia contra el cáncer de páncreas puede ser eficaz cuando se administra en combinación con medicamentos que rompen el tejido fibroso en estos tumores. Los detalles de esta investigación se revelan en un artículo publicado este lunes en la revista 'Nature Medicine'. Sobre la base de los resultados, los médicos del Centro de Cáncer Siteman de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, y el Hospital Barnes-Jewish están llevando a cabo un ensayo clínico de fase 1 en pacientes con cáncer de páncreas avanzado que pondrán a prueba la seguridad de esta combinación de fármacos cuando se administra junto con la quimioterapia estándar. "Los tumores pancreáticos son notoriamente impasibles a la quimioterapia convencional y nuevas formas de inmunoterapia", afirma el autor principal, David G. DeNardo, profesor asistente de Medicina. "Sospechamos que el entorno fibroso del tumor que es típico del cáncer de páncreas puede ser responsable de la pobre respuesta a las terapias inmunes que han sido eficaces en otros tipos de cáncer", plantea. A diferencia de otros tipos de cáncer, los tumores de páncreas se caracterizan por una gran cantidad de lo que DeNardo describe como tejido de cicatriz. Este tejido conectivo adicional y las células que lo forman proporcionan un entorno de protección para las células cancerosas, parando el ataque del sistema inmune a las células tumorales y limitando la exposición del cáncer a la quimioterapia entregada a través del torrente sanguíneo. DeNardo y sus colegas investigaron si algunas de estas protecciones podrían perderse si conseguían perturbar las proteínas que ayudan al tejido fibroso a adherirse a sí mismo y las células circundantes. "Se sabe que las proteínas llamadas quinasas de adhesión focal están involucradas en la formación de tejido fibroso en muchas enfermedades, no sólo el cáncer --afirma DeNardo--. Por lo tanto, planteamos la hipótesis de que el bloqueo de esta vía podría disminuir la fibrosis y la inmunosupresión en el cáncer de páncreas". Se han desarrollado inhibidores de la quinasa de adhesión focal (FAK, por sus siglas en inglés) en otras áreas de investigación del cáncer, pero DeNardo y sus colegas, incluyendo la oncóloga Andrea Wang-Gillam, profesora asociada de Medicina, fueron los primeros en probarlos contra el cáncer de páncreas conjuntamente con inmunoterapia. En el estudio realizado con ratones, administraron un inhibidor de FAK en investigación en combinación con una terapia inmune clínicamente aprobada que activa las células T del cuerpo y hace que las células tumorales sean más vulnerables a los ataques. Los roedores con un modelo de cáncer de páncreas sobrevivieron no más de dos meses cuando se le suministró un inhibidor de FAK o terapia inmune sola pero adición de inhibidores de FAK a la quimioterapia estándar mejoró la respuesta del tumor frente a la quimioterapia sola. La combinación de tres fármacos --inhibidores de la FAK, inmunoterapia y quimioterapia-- mostró los mejores resultados en los estudios de laboratorio, más que triplicando el tiempo de supervivencia en algunos ratones. Algunos todavía estaban vivos sin evidencia de enfermedad progresiva a los seis meses y más allá de ese tiempo. El éxito de este estudio proporciona una sólida justificación para probar esta combinación de fármacos en pacientes con cáncer de páncreas avanzado, según Wang-Gillam. "Este ensayo es uno de alrededor de una docena que estamos llevando a cabo específicamente para el cáncer de páncreas en la Universidad de Washington", afirma. "Esperamos mejorar los resultados para estos pacientes, sobre todo porque la supervivencia con cáncer de páncreas metastásico es típicamente de sólo seis meses a un año. La ventaja de nuestro enfoque de tres vertientes es que estamos atacando el cáncer en múltiples formas, rompiendo las fibras del microambiente tumoral de modo que más células inmunes y más medicamento de quimioterapia puedan atacar el tumor", concluye.
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