La playa de La Laja vuelve a estar apta para el baño
La playa de La Laja está apta para el baño. El Ayuntamiento de la capital grancanaria retiró este miércoles los carteles que desde el viernes recomendaban abstenerse a los bañistas, a causa del nivel de contaminación detectado por los vertidos de aguas residuales procedentes del emisario submarino. Los bañistas ya pueden disfrutar sin reservas de la playa de La Laja. El análisis de las muestras recogidas el lunes certificó ayer valores normales en la calidad de las aguas de baño, por lo que el Ayuntamiento procedió a retirar los carteles que desde el viernes por la tarde fijaban la recomendación de no bañarse en la zona. La decisión municipal cierra uno de los capítulos de mayor tensión registrados en los últimos meses con la empresa Emalsa, que el lunes acusó al Ayuntamiento de «manipular» los hechos para justificar la intervención municipal anunciada por el alcalde, Juan José Cardona. La parada técnica efectuada en la estación depuradora de Barranco Seco para proceder a la reparación de los decantadores de dos líneas de tratamiento provocó que durante dos días se derivaran aguas residuales al emisario submarino, que aún no se había podido reparar de las averías sufridas a causa del temporal de finales de enero. Así, las muestras recogidas por Emalsa en La Laja el día 11 de marzo señalaron el aumento de los parámetros microbiológicos, lo que puso en marcha el sistema de advertencia a los bañistas a través de la Concejalía de Playas, que también coordina las labores de Salud Pública. La reparación de la planta se dio por terminada el viernes 14 de marzo, pero el Ayuntamiento optó por mantener el aviso a los bañistas hasta conocer los valores que aportasen las muestras recogidas el lunes. Las 48 horas que se necesitan para completar los análisis obligaron a mantener hasta ayer la recomendación, aunque el vertido se había controlado desde cinco días antes. La situación creada derivó en la apertura de un expediente informativo a Emalsa por parte del Ayuntamiento, y su posterior traslado a la Fiscalía, por no haber informado puntualmente de las incidencias ocurridas, según le recriminó el alcalde a la empresa.
