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La literatura escrita por mujeres protagoniza "Mamá, quiero ser feminista"

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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Leer a Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, Jane Austen o Virginie Despentes fue un "salvavidas" para Carmen G. de la Cueva, que ahora relata en "Mamá, quiero ser feminista" cómo descubrió, gracias a estas autoras y a las mujeres de su familia, que podía vivir "con menos miedo" y saber que "no está sola". Emily Dickinson, Caitlin Moran, Sylvia Plath o la Nobel Svetlana Alexiévich son otros de los "referentes" que desfilan por las páginas de este libro, editado por Lumen y que incluye una guía de lectura al final. Esta obra es un relato ensayístico autobiográfico, feminista, "fresco" y que está "mucho más pegado a la experiencia que a la academia", según ha afirmado en una entrevista con Efe la joven autora, de la que es su primer libro. De la Cueva (Alcalá del Río, Sevilla, 1986), periodista, experta en Literatura Comparada y fundadora de la web "La Tribu" -un espacio de diálogo entre mujeres creadoras- descubrió, "gracias a la literatura y a los relatos de sus parientes", el "tipo de mujer que quería ser". Y eso es lo que cuenta en "Mamá, quiero ser feminista", un libro ilustrado por la dibujante Malota, nombre artístico de la doctora en Bellas Artes Mar Hernández. "Los dibujos de Mar transmiten mucha fuerza y mucha seguridad, me gusta mucho esa representación de la mujer alejada de la fragilidad", ha dicho la sevillana. El punto de arranque de este libro es su infancia Alcalá del Río, una localidad de menos de 12.000 habitantes en la que, asegura, existe una "preocupación" por que las chicas "cumplan las expectativas de tener una pareja estable, casarse por la iglesia o hacerse una casa a medida". "Hubo una época en la que, aunque yo no quería eso, todo me conducía hacia ello", recuerda de la Cueva antes de agregar que resulta "muy difícil" romper "esa especie de mandato por el cual solo vamos a ser completas si encontramos el amor romántico". Pero ella lo hizo, rompió con todo y vivió en Alemania, México, Praga y Londres tras finalizar sus estudios en la Universidad de Sevilla, a donde acudía cada día en un autobús en el que leía "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir, una de las obras clave de la filosofía feminista. "Hace falta salir, hacer ese periplo de viajar al extranjero, que también es un periplo interior, para descubrir lo que quieres ser", sostiene la andaluza, que también cree que "conformarse" y no salir de un ambiente como el de su infancia "te conduce a reproducir la vida de tu madre, en el pueblo". Para evitar eso, de la Cueva considera que deberían introducirse cambios en los contenidos de secundaria y "hablar más a los estudiantes de Victoria Kent, de Clara Campoamor o de María de Maeztu y de su proyecto de la Residencia de Señoritas". De la Cueva escribió "Mamá, quiero ser feminista" "como si le estuviera contando esta historia a una amiga" y le gustaría que "las niñas de quince años" vieran en su lectura un punto de partida para "tirar del hilo y descubrir las vidas de otras mujeres de las que pueden aprender". "Mamá, quiero ser feminista" dedica íntegramente un capítulo al cuerpo femenino que, sostiene la ensayista, depende "siempre de la mirada del hombre". "Todo lo que implica el cuerpo de la mujer es político y lo decide un grupo de señores que no tienen ni vagina, ni útero y que no han vivido siendo permanentemente juzgados", denuncia.

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