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C.I.
Jueves, 1 de enero 1970
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Han transcurrido ya cuatro meses desde que el pasado verano el Cabildo, a través del área de Patrimonio, ordenó paralizar los trabajos para arreglar la fachada del templo, sin que se haya buscado una solución alternativa. Como dice el párroco de la iglesia, Santiago Quintana, «el pasado julio, quisimos picar la fachada y pintarla, se trataba de una actuación de simple lavado de cara, al menos para evitar un mayor deterioro. Sin embargo, el Cabildo ordenó parar la obra mientras preparaba un informe. Desde entonces seguimos esperando sin que se haya dado una solución, mientras la humedad cada día que pasa va estropeando más la fachada y el interior del templo». Sin embargo, el problema viene de más lejos, cuando ya el anterior párroco comenzó a avisar del deterioro de la iglesia. Desde entonces han transcurrido más de diez años sin que nada se haya hecho. Mientras la humedad está afectando a paredes, columnas y al suelo del templo, incluso a las maderas de los retablos y a las imágenes.
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