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La difícil vida de un amnésico

La difícil vida de un amnésico

Jeff Ingram se encontró a sí mismo el pasado 10 de septiembre frente a un centro comercial de Denver (Estados Unidos) con un mechero, ocho dólares y un serio problema: no tenía la más remota idea de quién era, qué hacía allí ni cómo había llegado.

Enrique Rubio / EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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Afortunadamente para él, algunos conocidos vieron su cara por televisión y ahora descansa junto a su prometida, Penny Hansen, en algún lugar del estado de Washington (noreste de EEUU), tratando de recomponer el rompecabezas en el que se ha convertido su vida desde hace seis semanas.

Ingram padece de un desorden psiquiátrico similar a la amnesia llamado fuga disociativa, de acuerdo con los médicos que le atendieron durante el tiempo que pasó en un hospital de Denver hasta que fue identificado.

La historia de Ingram, canadiense de 40 años, todavía dista mucho de tener un final feliz, aunque por lo menos se ha encauzado, después de que apareciese en una ciudad a más de 2.000 kilómetros de su casa y aún no se sepa por qué.

El amnésico había salido a comienzos de septiembre de Olympia, la ciudad del estado de Washington donde vive con su novia, con destino a Alberta (Canadá) para ver a un pariente suyo moribundo de cáncer.

Sin embargo, nunca llegó a casa de sus padres en esa ciudad, donde se iba a alojar.

Según la policía de Denver, cuando Ingram "despertó" seis semanas después trató de parar a los viandantes para saber al menos dónde estaba, pero todo el mundo le evitó al considerarlo un loco o un mendigo.

Finalmente, se dirigió a un hospital donde fue ingresado y donde la policía le hizo fotos que distribuyó por todo el país para facilitar su identificación.

Hasta ser reconocido y devuelto con los suyos, Ingram recibió el nombre provisional de AI, por el que la policía y los médicos le conocían en Denver.

El pasado domingo, después de haber aparecido en una rueda de prensa ante los medios estadounidenses, unos conocidos vieron su cara y avisaron a su novia Penny, quien alertó a las autoridades y se puso en contacto con Ingram.

"Cuando se reunió con Penny, recordaba sus sentimientos, pero la cara no le era familiar. Cuando ella se lo llevó a su casa, él dijo que se sentía como en su hogar", declaró Marilyn Meehan, portavoz de la familia, al diario Rocky Mountain News.

Dos agentes de policía acompañaron a Ingram en el avión que le llevó a Seattle, donde le esperaba su novia, y ahora la investigación se reduce a encontrar el coche del amnésico, uno de los misterios que aún rodean al caso.

Por si fuese poco, el misterio posee algunas aristas que lo hacen todavía más extraño.

En un tratamiento con hipnosis en el hospital de Denver, Ingram aseguró haber tenido una mujer llamada Penny y dos niños pequeños que murieron en un accidente de coche en abril en Nueva York.

Sin embargo, su familia aseguró a varios medios locales que estos es falso y que jamás ha tenido descendencia.

La razón la encuentran los médicos en que la fuga disociativa es una enfermedad en la que se mezclan el viaje y la amnesia, y quienes la padecen suelen adoptar diferentes identidades. Suele estar debido a un trauma psicológico y, generalmente, es reversible.

No es la primera vez que Ingram protagoniza una desaparición prolongada a causa de la amnesia.

De hecho, en la anterior ocasión, que sucedió en 1995, pasaron nueve meses desde que salió para hacer un recado hasta que se le encontró en un hospital del estado de Washington.

Ingram y Hanssen no han querido hacer declaraciones a la prensa y se han retirado a un lugar desconocido del estado de Washington para ponerse al día. A buen seguro que resumir toda una vida en unas cuantas semanas no será tarea fácil para Hanssen.

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