Los teldenses se sumaron de forma entusiasta a la operación que se montó por media España a principios del siglo XX para desagraviar al insigne escritor grancanario, eterno y frustrado aspirante al premio Nobel de Literatura. La concesión del galardón al también español José de Echegaray desató una corriente en defensa de Galdós que tuvo fuertes ecos en Telde, donde se le nombró Hijo Adoptivo, se le dio nombre a una calle, la antigua Los Baluartes, entre San Juan y San Gregorio, y donde, además, se aprobó erigir un busto en su honor. Fue en un pleno de 1911. De eso hace ya la friolera de 101 años y fue ayer cuando se cumplió el acuerdo.