La carmelita cocodrilo se deja ver pese a su timidez
Desde que se viera por primera vez el pasado fin de semana, la carmelita cocodrilo de la playa de El Cabrón se ha convertido en una estrella mediática. Su imagen ha sido vista todos los medios de comunicación tanto de información general como especializados y con ello, cientos de buceadores se han acercado a verla de cerca.
La playa de El Cabrón, en Arinaga se ha convertido en el punto de encuentro para los amantes del buceo gracias a la aparición de este ejemplar. Es la primera vez que se encuentra en fondos del Archipiélago puesto que su hábitat natural en ambas orillas del Atlántico tropical y en Senegal y el Golfo de Guinea.
Su nombre científico, Echiophis punctifer, ya ha sido sustituido por el de carmelita cocodrilo o, simplemente, el bicho, que es como la llamaban ayer en el centro Buceo Pandora. Su responsable, Daniel Ramírez, hablaba a los clientes con orgullo al haber sido uno de los primeros que la vio tras el hallazgo hecho por el experimentado submarinista Juan de Dios Morales. «La verdad es que la gente no ha parado de llamarme en estos días y más desde que salió publicada la noticia en la prensa», decía emocionado. «Todo el mundo quiere verla y espero que esto sirva para reactivar el buceo en la zona y dar un aliciente más a una costa que está llena de maravillas bajo el mar», declaraba mientras preparaba su equipo para ir en busca de el bicho. El hecho de verla o no es sólo cuestión de localización y una gran dosis de suerte ya que se trata de una especia muy tímida y a la que no le gusta demasiado el barullo a su alrededor. Daniel salía de Buceo Pandora con un grupo en el cual estaba el fotógrafo Francisco José Van Baumberghen y el buzo Nicola Babbo.
El gráfico portaba su cámara con la esperanza de poder captar la imagen de este ejemplar. «Vengo de la isla de La Palma y me hace bastante ilusión poder ver esta nueva especie. A ver su hay suerte ya que varios compañeros me comentaron que no dieron con ella», confesaba. Pues tras entrar en el agua y a los quince minutos de inmersión, allí apareció la figura de la carmelita cocodrilo escondida en el fondo arenoso y sólo dejando ver su cabeza. Estaba a unos 20 metros de profundidad y se dejó fotografiar y observar durante unos minutos, aunque parece que aún no se ha acostumbrado a esto de la fama, puesto que desde que vio más gente a su alrededor, se enterró en la arena. Un nuevo aliciente para unos fondos ya llenos de riquezas.