Borrar
Directo Clavijo convocará la Conferencia de Presidentes de cabildos en la segunda quincena de abril

Hablando Desde el Exterior. Cruce de alianzas

Dolores Rubio García / Profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Desde su independencia de Gran Bretaña en 1947, India siempre ha estado en el filo de la navaja en su relación con Paquistán, fundado ese mismo año tras la secesión de las provincias de mayoría musulmana de Bengala oriental, Punjab, Sind, Frontier nordeste y Baluchistán. Con el terrorismo, la hostilidad en Cachemira, desde que se repartiera en 1949 entre indios -Jammu y Cachemira- y paquistaníes -Azad Cachemira o Cachemira libre- bajo la forma de dominio de la Commonwealth británica, y cuatro guerras -tres por el control de esa región-, el conflicto entre Nueva Delhi e Islamabad ha sido uno de los principales factores desestabilizadores que han afectado a Asia del Sur durante décadas. La desaparición de la URSS y el final de la guerra fría han convertido a EEUU en el gran protagonista de la zona. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la guerra en Afganistán, que ha militarizado toda Asia Central con el estacionamiento de tropas norteamericanas en antiguas repúblicas soviéticas, y la ocupación USA de Irak, que pretende, al menos potencialmente, extenderse por todo Oriente Próximo, ataques terroristas y disturbios étnicos en India han favorecido, una vez más, el choque entre dos países que disponen de arsenales nucleares.

El conflicto entre India y Paquistán y las operaciones de inteligencia patrocinadas por EEUU en el subcontinente de Asia meridional, canalizadas por los servicios secretos paquistaníes (ISI), revelan el apoyo que, desde los 80, la CIA ha dado a insurrectos islamistas en la Cachemira india. Mientras en 1989 se firmaba en Ginebra un acuerdo de paz y las tropas soviéticas se retiraban de Afganistán -invadido en 1979-, la ISI ayudaba a crear grupos radicales islámicos en la zona. No se olvide que desde el comienzo de la guerra en Afganistán, Washington tomó el control de parte del espacio aéreo de Paquistán para facilitar sus operaciones y se destinaron soldados paquistaníes a vigilar la frontera afgano-paquistaní para acorralar a Al-Qaeda. El ataque contra el parlamento indio en 2001, perpetrado por rebeldes cachemiríes instalados en Paquistán, y los disturbios étnicos de 2002 en Gujarat sólo culminaron un proceso que, además de debilitar internamente a India, estuvo a punto de poner a la región al borde la guerra.

EEUU coopera con los dos países, como también hace Francia. Mientras le vende armas a Paquistán, desarrolla con India una colaboración militar que disuada a Islamabab de agredir a Nueva Delhi. Washington asesora a ambos acerca de cómo hacer la guerra mientras refuerza su complejo industrial-militar y entiende mejor que nadie el escenario de un posible conflicto bélico. Pero mientras para los paquistaníes, los norteamericanos representan una alianza que viene de lejos, el acercamiento de los indios sólo se hace patente a partir del 11-S. A pesar de que las relaciones entre Paquistán y EEUU se han ido degradando con los años, sobre todo por los ensayos nucleares paquistaníes, el golpe de Estado de 1999 y el sostén de Islamabad a los talibanes afganos, hace poco que India ha cambiado en relación a Washington. A Nueva Delhi le preocupa la inquietud internacional que produce el conflicto de Cachemira tras la intervención USA en Afganistán y la posible conexión entre Al-Qaeda y los grupos que actúan en la parte india de ese territorio. Por eso mientras la CIA supervisa el patrocinio de la ISI a los insurrrectos islamistas dentro India, la administración Bush teme a esos grupos porque pueden desestabilizar cualquier país, y diseña el triple objetivo de que Paquistán -tildado en muchas ocasiones como Estado fallido- controle a los terroristas, Cachemira deje de ser un foco de tensión e India y Paquistán concluyan algún acuerdo sobre no proliferación. No cabe duda de que EEUU valora a India por su lucha contra el terrorismo islámico en Cachemira reforzándola frente a Paquistán, hogar del islamismo internacional, pero Washington se mantiene equidistante con los dos países. La situación se mantiene abierta y el riesgo de guerra también.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios