Gustavo Matos«Si nos hubieran escuchado antes no nos habría ido tan mal»
Es uno de los promotores de bases 2020 del PSC, un foro que desde hace año y medio pide nuevas formas y más participación dentro del Partido. Ahora, dice, hay que proponer una alternativa valiente y que conecte con la sociedad. Si no, apostilla, se está inhabilitado para transformarla.
¿Después de los resultados de las elecciones europeas se tenían que haber producido dimisiones? La situación no se resuelve con dimisiones. Lo que sí hubiera estado bien es que hubieran escuchado a una parte importante del partido que lleva año y medio pidiendo que la regeneración y puesta al día se hiciera más rápido y con antelación a las elecciones europeas. Quizá el escenario hubiera sido distinto ahora. A mediados del año pasado, muchos militantes, entre ellos Bases2020, decíamos que se venía creando un caldo de cultivo ante el que el PSOE debía reaccionar. El congreso de Sevilla no fue suficiente porque se cerró en falso y la conferencia política tampoco fue la solución. Se optó por otro camino y a la vista está que no acertamos. Se ha producido la dimisión del secretario federal y se abre un proceso de cambio y regeneración que el PSOE no puede retrasar más. ¿Se ha relativizado la derrota en las europeas? No lo creo. En el momento en que el secretario general federal anuncia un congreso extraordinario, asume el fracaso. Ahora estamos en un debate apasionante e intenso sobre el modelo que está empezando a vislumbrar un nuevo PSOE. Es llamativo que hace año y medio -cuando empezamos a pedir estos cambios y a advertir de lo que podía pasar- quienes fueron muy críticos con nosotros hoy sean los primeros en defender otro modelo de partido. Bienvenidos, pero si nos hubieran escuchado antes, no nos hubiera ido tan mal. ¿A quién va dirigido ese reproche? Lo que digo es que hay que hacer un análisis de los datos con cautela, ver cómo estamos y no hacerse trampas jugando al solitario porque es absurdo. Es preciso un análisis sin que cunda en pánico, porque en Canarias, de unas europeas a otras, perdimos 90.000 votos. En Andalucía, donde gobierna el PSOE, subimos, y en Extremadura, que estamos en la oposición, también se subió. Hay un horizonte electoral en un año y hay que leer bien esos datos para saber qué hacer. ¿Y qué se debería hacer? Decir que no ha pasado nada no responde a la realidad. El PSC debe sumarse a este proceso de regeneración, debe llevar al partido a asumir riesgos, a soltarse el pelo, a ser capaz de poner sobre la mesa una alternativa convincente desde la izquierda. La izquierda ganó las elecciones europeas, pero las perdió el PSOE. Con ese resultado, el PSOE no es alternativa, pero no hay alternativa al PP sin el PSOE. Por eso es importante que empecemos a asumir que haciendo lo mismo que hasta ahora no nos va a ir mejor. Hay que asumir riesgos, hacer propuestas valientes, conectar con una realidad social nueva y se tiene que producir un relevo generacional en todos los territorios. ¿Qué le parece que primero elijan los militantes al líder y el congreso refrende el resultado? Es una fórmula para salvar la situación, porque los estatutos no contemplan la elección directa del secretario general. Con todas las limitaciones que este proceso tiene, es la primera vez que lo hace un partido en España y nos vamos a colocar a los primeros de la fila en cuanto a participación interna. Es un avance histórico. Algunos voces del PSOE creen que el orden elegido puede desvirtuar las primarias. No tiene por qué. Pero si sale un secretario general ampliamente respaldado, lo más probable es que no tenga alternativa en unas primarias. En cualquier caso, sería un candidato elegido entre todos, no entre unos pocos. El proceso es limpio, ejemplar con sus más y sus menos, y si se facilita la competencia entre candidatos y el debate, será mejor que una elección en un congreso. Hemos dado un gran salto y hay que darle valor, porque vamos a abrir el partido, que se refresque con personas que puedan acceder a la dirección elegidas por la militancia de forma directa. Varios líderes territoriales, entre ellos José Miguel Pérez, salieron en menos de 24 horas apoyando a Susana Díaz. ¿Cree en las casualidades o que hay gente que se resiste a que sea un proceso totalmente abierto? Las primarias han venido para quedarse y la prueba es que ha sido la presión de la militancia la que ha hecho cambiar el sistema. Que nadie crea que esto tiene marcha atrás. Que salgan barones o dirigentes del partido manifestando sus preferencias forman parte de una visión que no se corresponde con el espíritu de las primarias. Van a decidir los militantes libremente porque el mando a distancia lo hemos cambiado de manos. La opinión de los dirigentes es una más. Lo que está claro es que no todo el PSOE quiere este proceso. Estamos viviendo un cambio de época y siempre hay gente que se resiste por miedo, por seguridad, etc. y quienes ven una oportunidad de mejorar y no le dan miedo los riesgos. Pero hacer algo entre todos no tiene vuelta atrás porque es la forma en que la gente se relaciona hoy. La gente está acostumbrada a movimientos sociales, plataformas, etc. más horizontales y participativos. Y por eso debemos adaptarnos a esa forma ágil y fresca de relacionarse o quienes lo hagan serán los que sumen. El PSOE se ha quedado como el partido más antiguo de la izquierda, para un partido progresista eso es un desastre. No entender la sociedad a la que te diriges te inhabilita para poderla transformar. Ese es el ejercicio que tiene que hacer el PSOE y no es fácil.