

Secciones
Servicios
Destacamos
Jueves, 1 de enero 1970
Cuentan las crónicas que, desde el baden de Agüimes hasta la Caldera de los Marteles, los límites del Barranco de Guayadeque, existen más de 5.000 dueños de terrenos, propietarios que quieren ser consultados cada vez que los organismos públicos vayan a hacer algo, aunque sea bueno, en lo suyo.
Han nacido y crecido en los márgenes del barranco y quieren que se respete su derecho a ser consultados sobre las actuaciones que se pretendan hacer en un paraje superprotegido, pero que puede armonizarse con la vida de sus habitantes.
Los directivos de las asociaciones vecinales de Cueva Grande y Montaña las Tierras, han decidido no negociar nada con el Cabildo hasta tanto no expliquen qué proyectos tienen para un paraje cuyo suelo mayoritario es propiedad particular, dado que rara es la familia que no tiene trozos diseminados por las laderas, mientras que sólo el cauce es de titularidad pública.
La polémica, que ya lleva años coleando, se ha reavivado en las últimas semanas ante la presencia de un cuadrilla del Cabildo, dirigida por una bióloga, que se ha dedicado a limpiar de tuneras, pitas y arbustos una zona conocida como Camacho, donde crece una planta única en el mundo, la escobilla o garbancera de Guayadeque. Los rectores vecinales están encantados con que se proteja a una planta que ellos conocen de toda la vida y a la que siempre han visto crecer entre tuneras, pitas y matojos, pero quieren ser consultados, sobre todo cuando se trabaja y remueve su propia tierra. Un respeto
Margarita López y Manuel Cazorla, directivos de la Asociación de Vecinos Cueva Grande, explican que «desde hace mucho tiempo se ha hablado de actuaciones para cuidar estos parajes protegidos y, especialmente desde hace poco, hemos sabido que el Cabildo dispone de partidas económicas para acometer esas actuaciones, pero nadie ha contado con nosotros ni nos ha explicado qué es lo que quieren hacer sobre nuestros terrenos, por lo que hemos acordado no negociar nada con el Cabildo ni con los ayuntamientos hasta tanto no nos expliquen claramente lo que van a hacer en el barranco y las laderas».
En relación con este tema hay que señalar que, con fecha 12 de mayo de este año, la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias aprobó el documento de avance del Plan de Recuperación de la Escobilla de Guayadeque (Kunkeliella Canariensis) y ordena la consulta institucional a las administraciones territoriales afectadas y al Patronato de Espacios Naturales Protegidos de Gran Canaria, así como la información pública.
Una lucha reivindicativa que dura ya 20 años
Hace ya veinte años que los vecinos de Guayadeque han tenido la mosca tras la oreja con los métodos conservacionistas y con algunas otras actuaciones que se han querido hacer en el barranco. Hace dos décadas lucharon duro y parejo para evitar que la Heredad de Aguas de Ingenio entubase el agua que da vida a la zona. No consiguieron impedir, sin embargo, que arrancaran decenas de saos que jalonaban el cauce. La excusa era que consumían mucha agua. Ahora, los vecinos se han quedado atónitos al saber que el Cabildo de Gran Canaria pretende plantar quinientos saos en el barranco, siendo así que el agua es casi la misma. Proyectos como éste y como los que se están llevando a cabo en la zona de Camacho son los que despiertan la desconfianza de los vecinos de la cuenca.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.