Golpes de talento y éxitos
Cuando se unen talento, liderazgo y superación, la historia solo puede estar predestinada a escribirse en clave de éxitos. Es justo el caso de Yolanda Santana Vega, una grancanaria de perfil humilde que salió de la ciudad de Telde para hacer historia y no paró hasta conseguirlo gracias a una hazaña que conquistó golpe a golpe. Título a título.
Su madre (Teresita) la matriculó en ballet, pero Yolanda ya por entonces, con apenas ocho años, solo tenía ojos para el taekwondo. Lo que empezó siendo una actividad extraescolar pasó a ser algo muy serio cuando se clasifica para disputar su primer Campeonato de España y se impone a todas sus rivales. Había nacido una estrella.
Su calidad no pasa desapercibida para la Federación Española, que con 14 años la recluta para la Residencia Joaquín Blume de Madrid. Pero es en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona (CAR) donde exprime su mejor taekwondo durante siete años. Allí explota su calidad: ocho oros nacionales, bronce en World Games, nueve veces campeona internacional, subcampeona de Europa, y por encima de todo olímpica en Seúl 88, un hito histórico al convertirse en la primera teldense y única canaria que acudió a la cita en su modalidad.
Pero cuatro años después recibe su peor golpe. «Me dejaron en tierra en las Olimpiadas del 92 (Barcelona). El equipo médico de entonces decidió, sin hacerme ninguna prueba, que no estaba apta físicamente para ir. Había pasado los preliminares, me lo había ganado, pero...», recuerda aún con rabia y resignación.
El palo la hace volver a Telde «con una angustia total», reconoce, pero tras un periodo de descanso mental decide volver a la alta competición: «Era una cuestión de honor. Me preparé sola en la Isla, y en mi regreso gano el Nacional y la Copa. Ahora sí que era el momento de retirarme. Quería demostrarme a mí misma que estaban equivocados, y lo hice», relata.
En su adiós definitivo, Telde le vuelve a abrir los brazos y Yolanda Santana comienza una nueva etapa llena de éxitos. En su inmejorable hábitat y con los suyos, la teldense, que nunca deja de formarse, se siente satisfecha y respira radiante.
A sus 40 años aún exhibe una condición física envidiable y, junto a su hermana Lidia y su cuñada Begoña, imparten a diario todos sus conocimientos a sus alumnos desde su Club de Taekwondo Jóvenes Promesas con un lema simple, directo y que 17 años después de su creación no ha modificado ni en una sola coma: «Se trata de hacer deporte como ley y calidad de vida», expone la teldense. Palabra de Yolanda Santana. Palabras mayores.
«Telde necesita abrir sus canchas»
Aunque su humildad le impide reconocerlo, Yolanda no es una más en Telde. Cinturón Negro 5 Dan, Cinturón Negro I Dan-Hapkido, entrenadora y árbitra nacional, jueza calificadora e innumerables títulos acreditan de sobra su condición VIP en una ciudad que además le ha otorgado la Medalla al Mérito Deportivo. Voz autorizada para exponer quejas, la isleña opina que «Telde es una buena ciudad, pero tenemos una carencia grandísima de infraestructuras. Telde necesita abrir sus pabellones, la gente se ve obligada a irse a otro municipio o a utilizar los medios públicos. Tenemos que salir a la calle a hacer deporte, y es una pena», afirma.
El deporte, un «artículo de lujo».
Piensa Yolanda que «por desgracia el hacer deporte va a pasar a ser un artículo de lujo, con los malos tiempos que nos toca vivir a los ciudadanos de Telde. La mayoría no podrán pagar esta necesidad obligatoria para mejorar y mantener nuestra salud psicofísica. El Gobierno debería de facilitar el que todos podamos realizar actividad física sin tener ningún riesgo».
Su propio ejemplo.
«Yo antes salía a correr por la autovía a las seis de la mañana, pero he tenido que dejar de hacerlo por algún susto que me he dado. El parque abre a las siete, pero hay gente que queremos correr antes y tampoco hay seguridad a esa hora. Solo nos queda correr por el casco, en cemento ¿Porqué pasa esto en una gran ciudad?», se pregunta.
