Secciones
Servicios
Destacamos
EFE
Jueves, 1 de enero 1970
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El ecólogo finlandés Ilkka Hanski, galardonado este año con el Premio Fundación BBVA en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación, ha fallecido este martes a los 63 años de edad y no podrá recogerlo el próximo 21 de junio.
Hanski fue reconocido por su "esencial labor para conocer cómo afectará a las especies la fragmentación de su hábitat por la acción del hombre", según indica un comunicado de la Fundación.
En este sentido, sus aportaciones "se han generalizado y aplicado a muchas acciones de conservación actuales", como el diseño de áreas protegidas, la creación de corredores biológicos o los estudios en torno al impacto ambiental de grandes infraestructuras.
El comunicado también señala que Hanski, como catedrático de Zoología de la Universidad de Helsinki, abrió un nuevo campo en la Ecología a través de la biología de metapoblaciones: una rama que analiza cómo se adaptan las especies a los hábitats fragmentados.
En la actualidad, esta disciplina se aplica a numerosas especies y sus principios conceptuales también son útiles en otras áreas, como la oncología, en la que se estudia el comportamiento de las poblaciones de células de un tumor, o la epidemiología, donde el conocimiento sobre el tamaño crítico de una red de metapoblaciones "puede ser útil para combatir una epidemia".
Asimismo, Hanski contribuyó a determinar "qué es preciso preservar en el conjunto de poblaciones de una especie para garantizar su supervivencia ante la degradación y pérdida de su entorno".
Según la Fundación BBVA, el interés del ecólogo finlandés por la distribución de las poblaciones comenzó a finales de los años setenta cuando se fijó en los escarabajos peloteros y en cómo las distintas especies se agrupaban en los excrementos del ganado.
Para ello, utilizó modelos matemáticos que describieran el comportamiento de cada especie con el objetivo de que "ayudase a descifrar las variables que intervenían en su éxito o fracaso".
A finales de los años ochenta, concluye el comunicado, llevó a cabo un "prolongado trabajo de campo" con la mariposa doncella punteada y elaboró junto a sus estudiantes un censo anual en miles de prados en el Báltico, donde "perfeccionó sus modelos y puso a prueba sus predicciones".
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.