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Expulsado por una lesión de rodilla

Expulsado por una lesión de rodilla

Lunes, 20 de julio 2020, 08:09

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Daniel García tiene 21 años y está desesperado. Hace tres años fue expulsado del Ejército como consecuencia de una lesión de rodilla y una baja que nunca fue reconocida por sus superiores, según señala. La justicia militar le ha dado la razón, pero Daniel sigue sin recuperar su empleo ni percibir el salario que se le adeuda. Un año después del juicio no sabe a quién dirigirse.

Daniel siempre quiso ser militar. En 2007, y con 18 años, entró en el Ejército con un contrato de dos años. Tras un período de formación en La Palma, se incorporó a su unidad, la Soria 9 (Fuerteventura), donde todo fue bien hasta que en diciembre de 2008 sufre una lesión de rodilla (rotura del ligamento interno y traumatismo en el menisco).

Tras acudir al hospital de Fuerteventura (la lesión se produce en su tiempo libre) el médico le da un parte de baja que el doctor del cuartel no quiere recogerle. Durante los primeros días, va a trabajar con la rodilla lesionada «como podía», hasta que llega un momento en el que no aguanta el dolor. «Me mandaban correr, formar para izar la bandera y hacer lo mismo que el resto con una rodilla que tenía un parte de baja y estaba totalmente amoratada», señala.

Todo se precipitó unos días antes al 24 de diciembre de 2008. Su mando le puso de guardia en Nochebuena, y Daniel optó por marcharse. «Se trataba de estar todo el rato de pié y no podía. Además de que en teoría seguía de baja. Así que cogí mis cosas y me vine para Las Palmas», explica. Prófugo. Días después, mientras estaba en su casa en Las Palmas, un compañero le advierte de que le han declarado prófugo por no haber aparecido por el cuartel durante tres días, lo que lleva a Daniel a no regresar. Pasan los días y en febrero de 2009 recibe una citación para acudir al Juzgado Togado Militar, donde se le advierte de que ha sido denunciado por «abandono de destino» y que se le pide como pena seis meses de cárcel en Alcalá Meco. Asimismo, se le comunica que tiene derecho a juicio para defenderse. La vista se va retrasando y tarda más de un año en celebrarse. Finalmente tiene lugar en mayo de 2010, en el Arsenal de Las Palmas.

Un mes después, en junio, llega la sentencia y Daniel queda absuelto. Sin embargo, hasta ahora ni se le ha reincorporado al destino ni ha cobrado el sueldo por los meses que estuvo pendiente de juicio y de la sentencia. Daniel reclama una solución.

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