Exposición solar con garantías
Canarias7
Lunes, 14 de abril 2014, 11:23
Llega la semana Santa, por fin hace buen tiempo y para muchos comienza estos días la temporada de playa. Pero el sol sin control puede causar estragos en la piel y propiciar quemaduras, envejecimiento y el tan temido cáncer cutáneo. Es por ello importante sin alarmismos tomar ciertas precauciones para que la diversión de hoy no traiga consecuencias con el tiempo. «En principio el daño que el sol produce puede ser agudo y propiciar una quemadura por radiación ultravioleta B o provocar un daño a más largo plazo por el efecto de los rayos ultravioleta A que puede desembocar en un cáncer de piel por la alteración celular derivada de la sobreexposición solar», explica la doctora Mª José Rodríguez Salido, especialista en Dermatología del Hospital Perpetuo Socorro. Y es que existen dos tipos de daños posibles por la acción solar. El primero es la quemadura, que en casos leves se resuelve con una buena crema hidratante y cuando hay ampolla es conveniente la visita al dermatólogo para que prescriba un tratamiento adecuado. El segundo es el más peligroso, y es el daño crónico, que no se produce únicamente por quemaduras continuadas a lo largo de los años sino aún sin quemaduras es la acción continuada del sol en la piel durante años sin control y es la causante del cáncer de piel. En este ámbito «es importante hacer hincapié en los jóvenes para que tengan cuidado, el sol que tomen hoy puede ser determinante en la aparición del cáncer dentro de 10 o 15 años, y si es excesivo incluso en menos tiempo porque la piel tiene memoria. Tengo pacientes que con 30 años ya presentan daño actínico crónico y cáncer de piel. Debemos ser conscientes de que el sol va provocando lesiones en la piel. Si hacemos una biopsia a un niño de 10 años y repetimos la prueba con 20 ya observaremos efectos de la exposición solar», advierte la dermatóloga del Hospital Perpetuo Socorro. No es una cuestión baladí. Cada año aumentan un 10% los casos de melanoma en España, y aunque los afectados son principalmente personas de más de 50 años y piel blanca, se incrementan los casos de gente joven y piel morena, según los datos dados a conocer en la presentación de la campaña Euromelanoma 2014. El melanoma es el cáncer cutáneo más agresivo y peligroso aunque su pronóstico puede ser muy favorable si se detecta a tiempo mientras que los otros dos tipos, carcinoma basocelular y epidermoide, son más frecuentes y menos dañinos. Para evitarlo, es importante utilizar un protector solar adecuado al tipo de piel que se tenga. «En Canarias prevalecen las pieles con fototipo de nivel tres y cuatro, que corresponden a pieles y cabellos oscuros que se queman pero se van bronceando o nunca se queman y se broncean fácilmente. En ambos tipos y según las condiciones solares de las Islas lo recomendable es no bajar nunca de un factor de protección 30, aplicarlo media hora antes de la exposición solar y renovarlo cada dos horas», explica la doctora Rodríguez. No obstante en casos de enfermedades fotosensibles, toma de inmunosupresores o en bebés se debe intensificar la fotoprotección. Si los niños tienen menos de seis meses evitar absolutamente su exposición así como extremar la precaución si se practican deportes acuáticos o de montaña, donde por cada 300 metros más de altitud se incrementa un 4% la radiación UV. Tal protección puede ser reforzada mediante fotoprotectores con complejos antioxidantes que aumentan las defensas de la piel y minimizan el daño crónico. Es importante asimismo no tomar el sol en las horas del mediodía (de 12.00 a 16.00 horas). Lo ideal es acudir de 10.00 a 12.00 horas por ejemplo y después de las 16.00 horas. Y si son las primeras exposiciones del año es conveniente no estar a pleno sol más de media hora, una a lo sumo e ir aumentando progresivamente. Además no hay que olvidar aplicarse el protector media hora antes de la exposición y renovarlo cada dos horas y si uno se baña volver a aplicar una capa generosa que cubra bien la piel. En caso de dar un paseo por la playa o estar charlando procurar cubrirse con ropa y gorra. «Si se cumplen estos parámetros no hay por qué preocuparse», tranquiliza la doctora. Pero no sólo es preciso protegerse al ir a la playa sino en el día a día debe utilizarse protección solar antes de salir a la calle y renovarla las veces precisas. «Mucha gente me comenta que se pone protección a las ocho de la mañana antes de salir de casa y ya no se pone más en todo el día pero esa protección le durará unas tres horas y cuando salga de la oficina a las tres de la tarde por ejemplo, que es una hora muy peligrosa está totalmente expuesta», explica la especialista del Hospital Perpetuo Socorro. Así pues al ir de paseo, tomar algo en una terraza, o en el coche, especialmente en aquellas personas que conducen profesionalmente, es preciso aplicarse protección. Por último, y aunque en Canarias no proliferan, la doctora Rodríguez desaconseja absolutamente el uso de las cabinas de bronceado.
Lo que hay que tener en cuenta para elegir un protector solar
Hay multitud de tipos, composiciones y escalas. Así pues es importante escoger un protector solar con garantías. Para ello es importante conocer además el tipo de piel y las circunstancias ambientales en las que se producirá la exposición solar, tanto el lugar como la hora. Actualmente existen muy buenos protectores que cubren tanto de los rayos UVA A como UVA B. Medición. En ocasiones confunde ver un protector con factor 50 que pone protección total y otro que pone lo mismo con 70. Estas diferencias las propician los distintos sistemas de los países de procedencia, pues se considera pantalla total numeraciones diferentes. Para estar seguros, lo mejor es optar por el la escala unificadora COLIPA creada por la Unión Europea. Así pues es conveniente comprobar que aparece la palabra COLIPA en el recipiente y optar por un factor 30 como mínimo. Tipo de piel. Además de las pieles ya citadas, que corresponden a los fototipos tres y cuatro y son las más frecuentes en Canarias, existen otros cuatro fototipos. Es importante saber a cuál se pertenece para escoger la protección adecuada. El tipo uno son pieles muy blancas, pecosas, de cabello pelirrojo, que siempre se queman y nunca se broncean. Estas personas deben evitar el sol aún con protección. El dos corresponde a rubios y castaños de ojos claros que se queman fácilmente pero logran broncearse ligeramente, por lo que deben utilizar factores muy altos, no menores de 50. Por último se encuentran los tipos cinco, correspondiente a personas de etnia gitana o indígenas americanos y el seis, compuesto por pieles negras, que se pigmentan fácilmente y nunca se queman. Filtros. La Comisión Europea recomienda que los filtros para los rayos ultravioleta B sean tres veces los de los A. Es conveniente comprobar que el protector escogido sirva de escudo ante ambos tipos. También conviene que sea una fórmula fotoestable, es decir, que no se altere con el tiempo y que sea resistente. n Textura. La textura escogida es indiferente y sólo dependerá de las preferencias del usuario y su tipo de piel. En crema, loción, aceite o libres de grasa, su eficacia es la misma.
Signos de alarma
Cuando se detecte cualquiera de estas señales es conveniente consultar con un dermatólogo. En cualquier caso son recomendables las revisiones anuales, muy especialmente en personas con más de 80 lunares o piel muy blanca y pecosa. En la actualidad «podemos controlar su progresión para garantizar la salud de la piel», explica la doctora Rodríguez. Asimetría. Cuando un lunar es simétrico y comienza a presentar asimetrías. Bordes. Si los bordes son regulares y se tornan irregulares. Color. Si cambia de color. Diámetro. Los lunares de más de seis milímetros deben estar controlados porque presentan mayor posibilidades de volverse malignos. Evolución. Si un lunar que nunca ha molestado comienza a picar, sangrar o modifica su morfología. Signo del patito feo. Se produce cuando una persona que tiene muchos lunares y todos son muy parecidos detecta un lunar nuevo diferente a los demás.