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Expedición nocturna en busca de las lágrimas de San Lorenzo

Expedición nocturna en busca de las lágrimas de San Lorenzo

Canarias7

Jueves, 1 de enero 1970

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Cerca de 200 personas de diferentes islas y de varias localidades de la Península disfrutaron de la contemplación de la lluvia de estrellas de Las Perseidas, conocidas popularmente como “Lágrimas de San Lorenzo”, realizada en el poblado aborigen de La Atalayita, cerca del pueblo de Pozo Negro. La observación astronómica con dos telescopios motorizados, organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Antigua, fue un éxito de participación en un lugar idóneo para los amantes del firmamento.

La actividad contó con la colaboración y el asesoramiento de Enrique de Ferra Fantín y César Piret Ceballos, pertenecientes de la asociación Amigos de la Astronomía de Lanzarote “Arturo Duperier”, al tiempo que sirvió para valorar el patrimonio astronómico y arqueológico del municipio y conocer uno de los espacios más interesantes de la cultura aborigen majorera.

Tras una breve explicación sobre la actividad, los participantes realizaron una caminata de unos 25 minutos desde la zona de El Saladillo hasta el poblado de La Atalayita. Allí, contemplaron el fenómeno en buenas condiciones de visibilidad e incluso aprovecharon la oportunidad para disfrutar de las estrellas fugaces tumbados en colchonetas, con el objetivo de tener una posición más cómoda durante la observación. La ocasión era única para volver a descubrir nuestro cielo nocturno.

La concejala responsable del área de Cultura, Bárbara Évora, destacó que la lluvia de meteoros “es un espectáculo único para disfrutar en el periodo estival, con explicaciones sobre el fenómeno y en el marco incomparable de La Atalayita, uno de los yacimientos más importantes de la Isla”.

Igualmente, valoró la “capacidad de la convocatoria” y la “gran acogida” de la actividad divulgativa, “que congregó por tercer año consecutivo a niños, jóvenes y adultos de diferentes islas, de varias localidades de la Península y de otros países”. Para participar en la caminata y en la observación astronómica llegaron personas procedentes de Antigua, Morro Jable, Corralejo, El Cotillo, Puerto del Rosario o Gran Tarajal, además de visitantes de Madrid, Bilbao y Zaragoza, que se encuentran de vacaciones en la Isla, y asistentes italianos y franceses, entre otros.

Évora agradeció la “respuesta” de los participantes y la “implicación” de Enrique de Ferra Fantín y César Piret Ceballos, pertenecientes de la asociación Amigos de la Astronomía de Lanzarote “Arturo Duperier”, que cautivaron a los asistentes con sus explicaciones didácticas y amenas.

La Vía Láctea y Saturno con sus anillos fueron los protagonistas de la noche, además de algunas de las maravillas del cielo del verano, como el bonito cúmulo abierto de Tolomeo, que resulta visible a simple vista gracias a las buenas condiciones de oscuridad de la zona. Además, el escenario fue propicio para el relato de algunas historias mitológicas que ilustraban los fenómenos contemplados.

Además del planeta Marte, se contempló varias estrellas, como Arturo, la tercera más brillante del cielo nocturno, o Antares, la más brillante de la constelación de Escorpio. También disfrutaron con Albireo, una hermosa estrella doble para las noches estivales, y de Vega, una de las más famosas del firmamento que se convertirá en “Estrella Polar”. Igualmente, la iniciativa constituyó una interesante ocasión para volver a descubrir nuestro cielo nocturno, que tanta parte tuvo en la vida de nuestros ancestros y que, por su calidad, podría proporcionar a la isla el reconocimiento de Reserva Starlight.

Lágrimas de San Lorenzo. Según la tradición, se trata del llanto de los secuaces de este santo mártir, al verle morir por su fe en Jesús en los primeros tiempos de la cristiandad.

En términos más científicos, son las partículas errantes de la cola del cometa 109P/Swift-Tuttle, que, al ser interceptadas por la atmósfera terrestre, se queman y brillan durante unos instantes. Son meteoros muy rápidos, con trazos largos y luminosos, por lo que son fáciles de detectar.

El nombre científico de la lluvia es el de “Las Perseidas”, debido a que parecen surgir de la constelación de Perseo, el mítico héroe que, según la tradición clásica, salvó a la princesa Andrómeda de las fauces del monstruo marino.

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