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Enfermos mentales quieren ser responsables de su salud

Enfermos mentales quieren ser responsables de su salud

Jueves, 1 de enero 1970

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Los enfermos mentales quieren su integración sociolaboral, jurídica y sanitaria. «Somos muy capaces de decidir qué y cómo queremos que sean nuestras vidas, pero para la Administración es más fácil darnos fármacos, psicoterapia y aislarnos» declaran desde Espiral. La asociación celebra sus jornadas más reivindicativas el próximo día 11.

Un año más, la Asociación Canaria de Integración de Salud Mental Espiral celebra sus jornadas, el día 11 en el Paraninfo de la ULPGC, una quinta edición en la que, bajo el título Somos personas, no etiquetas. Tenemos vida, no historiales, sus miembros muestran su lado más reivindicativo y plantean nuevos retos en colaboración con las diferentes estamentos sanitarios gubernamentales y sociales. «Exigimos participar en la gestión y sostenibilidad de una rehabilitación integral para todos los enfermos mentales. No pueden aislarnos porque seamos enfermos. Estamos plenamente capacitados para decidir qué queremos y necesitamos y cómo recibirlo. Y deben escucharnos», resalta Alaira Sosa, responsable de Relaciones institucionales y secretaria de Espiral, que considera que existen nuevas tendencias y alternativas terapéuticas que nos facilitarían el día a día, desestigmatizándonos y haciéndonos visibles».

Con estas quintas Jornadas de Salud Mental, Emilio Gotera, presidente de Espiral, explica que «pretendemos entender mejor la realidad de las personas con dolencias mentales, escuchar sus necesidades, sus propuestas de mejora de integración en la sociedad y las mejorías que reclamamos en cuanto a nuestro trato y situación por parte del Servicio Canario de Salud Mental y con el Estado». «Creemos en nuestro sistema sanitario público, pero la Administración nos da muy pocas alternativas para romper el estigma y lograr la integración sociolaboral, jurídica y sanitaria de las personas con discapacidad. Y le es más fácil darnos fármacos, psicoterapia y aislarnos», añade. «Allá donde no llega el SCS, en el día a día en casa, en la calle, porque lo que pretendemos es entrar en el club de la normalidad, integrarnos a través del trabajo y cubrir simplemente las necesidades básicas de la vida».

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